CIUDAD DEL VATICANO, 13 SEP 2003 (VIS) - Una delegación de la Santa Sede, encabezada por monseñor Frank Dewane, subsecretario del Pontificio Consejo "Justicia y Paz", ha participado en la V Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio, celebrada en Cancún (México) del 10 al 14 de septiembre. La Santa Sede tiene un status de observador en la OMC.
En su intervención, monseñor Dewane afirmó que la conferencia representa "un momento de esperanza", pero para que esta esperanza se realice "todos los aquí presentes deben ser fieles a las promesas y compromisos contraídos con los pobres en Doha (2001). No ha habido progresos satisfactorios en los sectores del comercio para los países más pobres. Hace falta una acción sólida y decidida que tenga implicaciones positivas para el desarrollo".
La participación de la Santa Sede en reuniones como la de Cancún, prosiguió, "brota de su preocupación característica y constante por la humanidad" y de su interés en "todas las materias que atañen a la dignidad de la persona humana". El comercio, agregó, "debe redundar en beneficio de los pueblos y no sólo de los mercados y las economías. Las reglas del comercio (...) tienen una naturaleza política y social, con consecuencias profundas y duraderas en la vida de la humanidad. (...) Deben ajustarse a las exigencias de la justicia social y al mismo tiempo permitir y fomentar el desarrollo humano".
Monseñor Dewane se refirió a los diversos acuerdos firmados en Doha y sujetos a revisión en Cancún, en particular al relativo a la agricultura. "En el contexto de la reducciones arancelarias merecen consideración especial -dijo- los productos agropecuarios que son alimentos básicos de los que dependen las personas de escasos ingresos y los agricultores pobres. Estas reducciones, en los países pobres, junto con los efectos de los subsidios a las exportaciones y las ayudas a los productos nacionales, y con el 'dumping' por parte de los países desarrollados, perjudican gravemente a los pequeños agricultores. A pesar de todo, los países en desarrollo deben evitar la tentación de seguir la senda del proteccionismo a ultranza".
"La Santa Sede -concluyó- quiere unirse a aquellos que sostienen que hay que tener en consideración especial las necesidades particulares del continente africano en relación con el desarrollo aportado por el comercio. Africa sigue siendo un continente en peligro, vulnerable en términos de relaciones comerciales y de los beneficios correspondientes".
DELSS;OMT;...;CANCUN; DEWANE;VIS;20030915;370;
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