CIUDAD DEL VATICANO, 24 MAR 2002 (VIS) - El Papa presidió esta mañana en la Plaza de San Pedro la solemne misa del Domingo de Ramos, que fue celebrada por su vicario general, el cardenal Camillo Ruini. Asistieron miles de jóvenes de Roma y de otros lugares, que hoy celebran la XVII Jornada Mundial de la Juventud a nivel diocesano.
Antes de la misa, el Papa bendijo los ramos de olivo y posteriormente tuvo lugar la procesión desde el obelisco hasta el altar situado delante de la basílica de San Pedro. El Santo Padre no tomó parte en ella debido a que persisten las molestias en su rodilla derecha.
En la homilía, Juan Pablo II subrayó que la Cruz era el centro de la liturgia de hoy. "Vosotros, queridos jóvenes -afirmó- con vuestra participación atenta y entusiasta a esta solemne celebración, demostráis que no os avergonzáis de la Cruz. No teméis la Cruz de Cristo. Es más, la amáis y la veneráis porque es el signo del Redentor muerto y resucitado por nosotros".
"La narración de la Pasión pone de relieve la fidelidad de Cristo en contraste con la infidelidad humana. (...) La verdadera fuerza del hombre se encuentra en la fidelidad con la que es capaz de dar testimonio de la verdad, resistiendo a halagos y amenazas y a incomprensiones y chantajes e incluso hasta a la persecución dura y despiadada". Por eso, añadió, "únicamente si estáis dispuestos a hacer esto, seréis lo que Jesús espera de vosotros, es decir, 'sal de la tierra' y 'luz del mundo'", que es el tema de la Jornada Mundial de la Juventud.
El Santo Padre exhortó a los jóvenes a no perder "el sabor de cristianos, el sabor del Evangelio. Mantenedlo vivo, meditando constantemente el misterio pascual: que la Cruz sea vuestra escuela de sabiduría. No os jactéis de ninguna otra cosa sino de esta sublime c tedra de verdad y de amor".
"Aquel a quien habéis elegido como Maestro -terminó- no es un comerciante de ilusiones, no es un poderoso de este mundo, ni un astuto y un h bil razonador. ¡Sabéis a quien habéis elegido seguir: al Crucificado resucitado! Cristo muerto por vosotros, Cristo resucitado por vosotros".
HML;DOMINGO RAMOS; JOVENES;...;...;VIS;20020325;380;
Antes de la misa, el Papa bendijo los ramos de olivo y posteriormente tuvo lugar la procesión desde el obelisco hasta el altar situado delante de la basílica de San Pedro. El Santo Padre no tomó parte en ella debido a que persisten las molestias en su rodilla derecha.
En la homilía, Juan Pablo II subrayó que la Cruz era el centro de la liturgia de hoy. "Vosotros, queridos jóvenes -afirmó- con vuestra participación atenta y entusiasta a esta solemne celebración, demostráis que no os avergonzáis de la Cruz. No teméis la Cruz de Cristo. Es más, la amáis y la veneráis porque es el signo del Redentor muerto y resucitado por nosotros".
"La narración de la Pasión pone de relieve la fidelidad de Cristo en contraste con la infidelidad humana. (...) La verdadera fuerza del hombre se encuentra en la fidelidad con la que es capaz de dar testimonio de la verdad, resistiendo a halagos y amenazas y a incomprensiones y chantajes e incluso hasta a la persecución dura y despiadada". Por eso, añadió, "únicamente si estáis dispuestos a hacer esto, seréis lo que Jesús espera de vosotros, es decir, 'sal de la tierra' y 'luz del mundo'", que es el tema de la Jornada Mundial de la Juventud.
El Santo Padre exhortó a los jóvenes a no perder "el sabor de cristianos, el sabor del Evangelio. Mantenedlo vivo, meditando constantemente el misterio pascual: que la Cruz sea vuestra escuela de sabiduría. No os jactéis de ninguna otra cosa sino de esta sublime c tedra de verdad y de amor".
"Aquel a quien habéis elegido como Maestro -terminó- no es un comerciante de ilusiones, no es un poderoso de este mundo, ni un astuto y un h bil razonador. ¡Sabéis a quien habéis elegido seguir: al Crucificado resucitado! Cristo muerto por vosotros, Cristo resucitado por vosotros".
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