Ciudad
del Vaticano, 16 de noviembre de 2015 (Vis).-Ayer tarde el Santo
Padre encontró a la comunidad evangélica luterana de Roma en la
Christuskirche, donde fue acogido calurosamente por el Pastor
Jens-Martin Kruse, que en su discurso de bienvenida recordó también
las visitas a la misma iglesia de san Juan Pablo II y de Benedicto
XVI.
Después
Francisco respondió a las preguntas de tres miembros de la
comunidad, un niño y dos mujeres y tras la oración vespertina, con
la lectura del pasaje evangélico de san Mateo (25, 31, 46)
pronunció una homilía improvisada en la que subrayó que los
luteranos y los católicos debían pedirse perdón mutuamente por
las persecuciones de los unos contra los otros y por el escándalo
de las divisiones.
La
primera pregunta a la que respondió el Pontífice fue la de un niño
que quería saber que era lo que más le gustaba de ser Papa. '' Lo
que más me gusta sinceramente es ser párroco, ser pastor- contestó
Francisco-... Me gusta ser Papa con el estilo de un párroco. El
servicio. Me gusta, en el sentido de que me siento bien, cuando
visito a los enfermos, cuando hablo con las personas que están algo
desesperadas o tristes. Me gusta mucho ir a la cárcel...hablar con
los presos...Cada vez que entro en una prisión me pregunto: ¿Por
qué ellos y no yo? Y siento la salvación de Jesucristo, el amor de
Jesucristo por mí. Porque El me ha salvado. Yo no soy menos pecador
que ellos, pero el Señor me tomó de la mano. Esto también lo
siento. Y cuando voy a la cárcel estoy contento. Hacer de Papa,
hacer de obispo, hacer de pastor. Si un Papa no hace de obispo, si un
Papa no hace de párroco, no hace de pastor, será una persona muy
inteligente, muy importante, tendrá mucha influencia en la sociedad,
pero yo pienso que dentro de sí no es feliz''.
La
segunda pregunta fue la de una mujer luterana casada con un católico
que lamentaba que no podían participar juntos en la Cena del Señor.
''No es fácil para mí responderle -afirmó el Papa- ...Pienso en lo
que el Señor nos dijo cuando nos dio este mandato: ''Haced esto en
memoria mía''.... Sí, habrá una Cena del Señor, habrá un banquete
final en la Nueva Jerusalén, al final. Pero a lo largo del camino me
pregunto, y no se cómo responder: ¿Compartir la Cena del Señor es
el fin de un camino o es el viático para caminar juntos? Dejo la
pregunta a los teólogos que son los que entienden. Es verdad que, en
cierto sentido, compartir es decir que no hay diferencias entre
nosotros, que tenemos la misma doctrina...pero ¿no tenemos el mismo
Bautismo? Y si tenemos el mismo Bautismo tenemos que caminar
juntos...Cuando rezáis juntos, ese Bautismo crece, se fortalece,
cuando enseñáis a vuestros hijos quien es Jesús hacéis lo
mismo... sea en lengua luterana que en lengua católica, pero es lo
mismo. La pregunta es: ¿Y la Cena? Hay alguna preguntas a las que si
uno es sincero consigo mismo y con las pocas ''luces'' teológicas
que tengo, hay que responder lo mismo, mirad vosotros. ''Este es mi
Cuerpo, esta es mi sangre'', dijo el Señor. ''Haced esto en memoria mía'', y esto es un viático que nos ayuda a caminar...A su pregunta respondo con otra pregunta: ¿Qué puedo hacer con mi marido para que
la Cena del Señor me acompañe en el camino? Es un problema al que
debe responder cada uno. Pero un Pastor amigo mío me decía:
''Creemos que el Señor está presente allí...Vosotros creéis que
el Señor está presente. ¿Y cual es la diferencia? ''Eh, hay
explicaciones, interpretaciones...'' La vida es más grande que las
explicaciones y que las interpretaciones. Referidos siempre al
Bautismo: ''Una fe, un bautismo, un Señor'', así dice san Pablo y,
de ahí sacad las consecuencias. Yo no osaré nunca dar permiso para
hacer esto porque no es de mi competencia. Un Bautismo, un Señor,
una fe. Hablad con el Señor y seguid adelante. No oso decir más''.
La
última pregunta, de la tesorera de un proyecto de ayuda a las
familias de refugiados, fue sobre como luchar contra la miseria y
hacer que los cristianos no la consideren inevitable o, peor
todavía, que erijan nuevos muros para defenderse de ella.
''El
hombre desde el primer momento, según las Escrituras, es un gran
constructor de muros que separan de Dios -dijo el Santo Padre- Y hay
una fantasía humana detrás de los muros humanos, la de ser como
Dios. Para mi el mito, para decirlo con palabras técnicas, o la
narración de la Torre de Babel, es la actitud del hombre y de la
mujer que construyen muros porque construir un muro es decir:
''Nosotros somos los potentes, vosotros fuera''... Construir un muro
de exclusión sigue esa línea.. El muro es un monumento a la
exclusión...También para nosotros,... cuantas veces la riqueza, la
vanidad
el
orgullo se convierten en muros ...que nos alejan del Señor.. ¿Que
se puede hacer para no construirlos? Hacer como Jesús... Ponerse en
el lugar del último.. Con esta obra de ayuda a las madres jóvenes,
vosotros no construis muros, construis servicio... El egoismo humano quiere defender el propio poder, el propio egoísmo, pero esa
defensa lo aleja de la fuente de la riqueza. Los muros, al final, son
como un suicidio. Te encierran''.
Terminado
el coloquio Francisco rezó la oración vespertina y pronunció una
breve homilía en la que, citando el evangelio de Mateo, habló de
las preguntas que Jesús nos hará en el día del juicio.
''¿Has
ido a Misa? ¿Has hecho una buena catequesis?. No- explicó el
Pontífice- las preguntas no serán esas. Las preguntas serán sobre
los pobres porque la pobreza es el centro del Evangelio. Jesús
siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza...Es la
elección del servicio. ¿Jesús es Dios... es el Señor? Es verdad,
Pero es el siervo y la elección la hará sobre esa condición. ''Tu,
¿has utilizado tu vida para tí o para servir? ¿Para defenderte de
los demás con muros o para acogerlos con amor? Esta será la última
elección de Jesús''.
''Y
yo me pregunto: Nosotros, los luteranos y los católicos, ¿ de que
parte estaremos ese día, a la derecha o a la izquierda? Ha habido
tantas épocas terribles entre nosotros... Pensad en las
persecuciones ¡entre nosotros! ¡con el mismo Bautismo! Pensad en
tantas personas quemadas vivas. Tenemos que pedirnos perdón por
esto, por el escándalo de la división, para que todos, luteranos y
católicos estemos en esta elección, no en otras, la elección del
servicio como nos indicó … el siervo del Señor''.
''Para
terminar, cuando veo al Señor, siervo que sirve, me gusta pedirle
que sea el siervo de la unidad, que nos ayude a caminar juntos. Hoy
hemos rezado juntos. Rezar juntos, trabajar juntos por los pobres,
por los necesitados, querernos con amor verdadero de hermanos. ''Pero
Padre, somos distintos, porque nuestros libros dogmáticos dicen una
cosa y los vuestros otra''. Pero uno de vuestros grandes
representantes, me dijo una vez que era la hora de la diversidad
reconciliada. Pidamos hoy esta gracia, la gracia de la diversidad
reconciliada en el Señor, en el Siervo de Yavé, de ese Dios que
vino entre nosotros para servir y no para ser servido''
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