Ciudad
del Vaticano, 15 de noviembre de 2015 (Vis).- Terminado el Ángelus,
el Santo Padre expresó nuevamente su dolor por los ataques
terroristas que en la noche del viernes ensangrentaron Francia,
causando numerosas víctimas. ''Doy mi pésame más fraterno al
Presidente de la República Francesa y a todos los ciudadanos -dijo-
Me siento muy cerca, en particular, de los familiares de todos
aquellos que han perdido la vida y de los heridos''.
''Tanta
barbarie nos deja consternados y nos preguntamos cómo el ser humano
pueda idear y realizar actos tan horribles como los que han
trastornado no solamente a Francia sino también al mundo entero.
Frente a hechos como esos no se puede por menos que condenar la
incalificable afrenta a la dignidad de la persona. Reafirmo con
decisión que el camino de la violencia y del odio no resuelve los
problemas de la humanidad y que servirse del nombre de Dios para
justificar este camino es una blasfemia'', exclamó el Pontífice.
''Confiamos
a la misericordia de Dios las víctimas inermes de esta tragedia.
Que la Virgen María, Madre de la misericordia, suscite en todos
pensamientos de sabiduría y propósitos de paz. Le pedimos que
proteja a la querida nación francesa y vele por ella, la primera
hija de la Iglesia, sobre Europa y sobre el mundo entero. Todos
juntos recemos un momento en silencio y después un Ave María''
Después,
el Papa recordó que ayer en Três Pontas, en el Estado de Minas
Gerais en Brasil, fue proclamado beato Francisco de Paula Victor un
sacerdote brasileño de orígen africano, hijo de una esclava.
''Párroco generoso y entregado en la catequesis y en la
administración de los sacramentos -dijo - se distinguió sobre todo
por su gran humildad. Que su extraordinario testimonio sirva de
modelo para tantos sacerdotes, llamados a ser humildes servidores del
pueblo de Dios''.
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