Ciudad
del Vaticano, 14 de octubre de 2015 (Vis).-Durante la Congregación
General de esta mañana los diversos círculos menores presentaron el
resultado de sus reflexiones sobre la segunda parte del Instrumentum
Laboris a los Padres Sinodales.
Casi
todos los grupos coinciden en la necesidad de que el documento final
del Sínodo utilice el lenguaje de la teología bíblica y que, como
afirma el círculo francés B, sea claro y simple para evitar las
ambiüedades y equívocos que perjudiquen la comprensión de la
vocación y la misión propia de la familia en la Iglesia y en el
mundo. ''Se deberían tener en cuenta la fragilidad ylos
sufrimientos de la familia, sin sobrevalorar la situación actual,
porque han existido siempre. La insistencia en esta dimensión lleva
a subrayar que la Iglesia acompaña a todos sus hijos y que debe
proclamar el evangelio y su llamada a la conversión.''.
Insistiendo
en el argumento, el círculo inglés B señala que la reflexión
final debe ilustrar como la pedagogía divina para el matrimonio y
la familia ha acompañado toda la historia de la salvación y
prosigue hasta nuestros días. ''Proponemos -dice el arzobispo
irlandés Diarmuid Martin- que se empiece con el Génesis, que ya da
una definición de matrimonio como única unión entre un hombre y
una mujer tan total e íntima que hay que dejar el padre y la madre
para unirse entre sí. Este relato presenta tres aspectos básicos
del matrimonio, como era en el principio: monogamia, permanencia e
igualdad de sexos... Pero la Pedagogía divina alcanza su culmen
cuando el hijo de Dios entra en la historia. El grupo expone el
relato evangélico del encuentro de Jesús con la adúltera y sus
palabras: ''Vete y no peques más'', sin unirse a los que piden su
lapidación. ni condenarla. El grupo presenta este texto reconociendo
que ''solo a través de la pedagogía divina comprenderemos nuestro
ministerio como reflejo de la paciencia y la misericordia de Dios. El
plan divino prosigue en nuestros días. La pedagogía divina da el
contenido y el tono a la enseñanza de la Iglesia...En las
situaciones difíciles de la tercera parte, tendríamos que recordar
siempre que Dios nunca renuncia a su misericordia. La misericordia
revela el verdadero rostro de Dios y su misericordia llega a todos,
sobre todos a los que sufren, son débiles o caen’.
Siempre
de pedagogía divina habla el círculo francés cuyo relator es el
obispo Laurent Ulrich, que propone ''subrayar los numerosas
encuentros de Jesús con las familias'' a lo largo de los Evangelios
y reafirma que ''la pedagogía divina actua en toda la revelación
bíblica y debe seguir experimentándose por la Iglesia, siguendo a
las familias en las alegrías y tristezas''. Otra observación de
este Círculo, que encuentra amplia resonancia es el deseo de que la
Relatio manifieste una unidad conceptual más grande y no se hable
de la indisolubilidad como si fuera la unica preocpación. ''Que se
hable de la fidelidad e indisolubilidad como don y llamamiento, más
que en términos jurídicos de deber; que no se perciban como
superpuestas al compromiso, sino como profundamente integradas en el
lenguaje del amor y comprendidas en su dimensión teologal. Que se
hable de matrimonio como llamado al amor y a la comunión''.
''Hay
que poner acento en la gradualidad y procesualidad para acoger el
proceso como Dios comunica la gracia de la Alianza, que educa
teniendo en cuenta cada persona, progresivamente, en comunidad,
corrige, acompaña y perdona – se hace eco el Círculo de habla
hispana cuyo relator es el cardenal José Luis Lacunza Maestrojuan-
Por ser la pedagogía de Dios, la procesualidad se recoge tambien en
la Tradición .Hay expresiones en las que parece que se absolutiza el
matrimonio y la familia, mientras que Jesús los relativiza al Reino
de Dios. Se habla de encuentros de Jesús con distintas personas en
distintos ámbitos, pero habría que insistir en los que se realizan
en ámbitos familiares: Lázaro y familia, Pedro y familia... Jesús
siempre abre puertas. La fidelidad de Dios se derrama en el
sacramento del Matrimonio, pero al modo humano: “quidquid
recipitur, ad modum recipientis recipitur”. La fidelidad
indisolubilidad es un misterio que incluye la fragilidad. No tenemos
una teología de la familia sino del matrimonio y más vinculada a lo
moral. El Magisterio debería presentar el Evangelio de la familia en
forma orgánica e integrada. Siguiendo la tesis de los “semina
Verbi”, no se puede desconocer que hay muchos valores positivos en
otros tipos de familia''.
Mucha
importancia atribuyen los diversos círculos a la preparación de los
jóvenes para el matrimonio y a la necesidad de acompañarlos en este
camino. Si el círculo francés B, recuerda la gran disminución de
los matrimonios en las capitales europeas, el cardenal Lacunza,
matiza que ''cuando se habla de los jóvenes y el matrimonio, se
hace desde la perspectiva del miedo, lo cual no es suficiente, es una
cuestión antropológica: viven al día, no encaja con su manera de
pensar el “para siempre”. Quizá podríamos hablar de
informalidad: un papel no hace el matrimonio y quizá lo hemos
rodeado de tantas formalidades que no caben en la mente de los
jóvenes que, muchas veces, identifican formalidad con
hipocresía.Además, decir que tienen miedo o no se atreven
contradice la experiencia de tantos jóvenes que aceptan el riesgo
del voluntariado o se arriesgan por razones políticas u otras
luchas''.
El
círculo francés B ha informado también de que han votado por
unanimidad la propuesta de que ''el anuncio del Evangelio de la
familia exige hoy una intervención magisterial que haga más
coherente y simplifique la actual doctrina teológico canónica sobre
el matrimonio y que se debe apoyar la definición de familia ‘’como
sujeto de acción pastoral’’.
Al
respecto, el Círculo francés cuyo relator es el arzobispo
Paul-André Durocher señala que ''las experiencias pastorales
compartidas nos llevan a ver que en la Iglesia hablar de familia es
hablar de una realidad humana que se inscribe en el tiempo y en el
espacio.... Cada familia tiene sus genealogías que la entroncan en
una historia y una cultura.... Esta complejidad es el lugar y la
ocasión de la manifestación del misterio de la misericordia de
Dios. Formulamos el deseo de que el Sínodo abra un periodo de
paciente búsqueda común de teólogos y pastores que intenten
establecer las justas señales de una pastoral familiar, que traduzca
el horizonte de la familia en un horizonte de comunión. Necesitamos
menos adaptaciones de disciplina universal que una base sólida para
la reflexión y el compromiso pastoral''.
Recorre
también el concepto de familia como misión. Por ejemplo, el círculo
italiano C, habla del ''valor evangelizador del matrimonio y la
familia'' y pide un ''estilo nuevo de cercanía de la Iglesia a las
familias, una proximidad contagiosa, una ternura fuerte y
exigente''. Los miembros han insistido mucho en que ''la comunidad
cristiana sea una familia de familias, mida su acción pastoral con
el estilo de la familia y transmita con ellas una fuerza humanizadora
a la vida del mundo, superando la deriva individualista''.
''Los
Padres han encontrado muy util valerse de la catequesis del Papa
Francisco sobre la exigencia de armonizar la valorización de la
sacramentalidad del matrimonio y la atención a su dimensión
criatural -escriben los miembros del Círculo italiano A- que piden
también completar el texto del Instrumentum Laboris sobre la
presentación de la doctrina insertando la dimensión espiritual y
pneumatológica, acogiendo la sensibilidad de la tradición oriental.
Propuesta traducida en modo concreto que haga más explícito el
primado de la gracia, el reconocimiento del pecado y la necesidad de
impulsar caminos de conversión. La gracia no actúa solo en el
momento de la celebración del sacramento sino a lo largo de la vida
porque es sacramento permanente en analogía con la Eucaristia''.
Por
su parte el arzobispo Mark Coleridge, del Círculo inglés C, no
olvida ''la necesidad de explorar más a fondo la posibilidad de las
parejas que están casadas civilmente o cohabitan de empezar un
camino hacia el matrimonio sacramental y de que sean alentadas y
acompañadas en este camino'' y en el Círculo inglés D, varios
obispos subrayaron que el documento debería hablar más del papel de
la mujer y recordar que muchas sufren abusos por parte de sus
maridos.Necesitamos ser más realistas sobre los problemas del
matrimonio, en lugar de decir sencillamente a las personas que tienen
que estar juntos., afirma el texto. En el mismo círculo, otro
prelado señaló que a veces las familias ejemplares son difíciles
de proponer a las que atraviesan por situaciones difíciles ya que se
pueden sentir intimidadas por ellas. Algunos obispos sugirieron que
el texto debería presentar las razones canónicas para la separación
de los esposos o la anulación.
Otro
concepto común es el de vocación a la vida familiar y de
espiritualidad familiar, para la que el Círculo Inglés A, cuyo
relator es el arzobispo Joseph E. Kurtz , sugiere una una serie de
buenas prácticas que ayudarían a vivir mejor una y otra: la
recepción de la Palabra de Dios en la familia, la catequesis
familiar y el explícito impulso, que debería constar en el
documento final del Sínodo, de oraciones para-litúrgicas y rituales
en el seno familiar.
También
el Círculo del cardenal Coleridge apunta a que el documento final
presente una serie de iniciativas claras o de estrategias para ayudar
a las familias y sostener a las que están en dificultad. ''Sería
algo concreto y estaría en sintonía con el carácter esencialmente
práctico de este segundo Sínodo''.
''En
el pasado -recuerda el Círculo Inglés A- el Santo Padre a menudo
utilizaba a menudo los textos definitivos aprobados como base para
una exhortación apostólica y hemos hablado de que este enfoque era
fructífero. Reconocemos, no obstante, las limitaciones de un
documento que será aprobado al final de este Sínodo. Si bien deben
hacerse todo los esfuerzos posibles para que el lenguaje sea ágil y
atractivo, la principal preocupación es la claridad de las
explicaciones fundadas en la enseñanza de la Iglesia sobre el
matrimonio y la familia.
Apuntando
siempre al documento final, el Círculo de habla hispana B, se
interroga sobre el sentido del trabajo sinodal. ''La doctrina es
conocida -escriben sus miembros- pero las exigencias de la realidad
y los nuevos acentos de la reflexión teológica deben ser tomados en
cuenta para que haya realmente una aporte significativo. Se propone
una referencia más explícita a rtextos tanto del Antiguo como del
Nuevo Testamento (el amor nupcial de Dios con su pueblo) como del
rico magisterio postconciliar sobre la familia.
Un
documento magisterial, solicita en cambio el Círculo italiano B ''Ya
que el Instituto del Sínodo dificilmente podría responder a la
exigencia de ordenar en un documento exhaustivo la compleja y
diversificada doctrina sobre el matrimonio y la familia -afirman-
emerge la necesidad, por una parte de solicitar un documento
magisterial que responda a esta exigencia, por otra el compromiso de
verificar las consecuencias pastorales relativas a esa temática. A
este propósito los Padres expresan la necesidad de considerar la
misión propia de la mediación pastoral en la transmisión de la
doctrina''.
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