Ciudad
del Vaticano, 14 octubre 2015
(VIS).-El Santo Padre ha escrito una carta dirigida a Piero Fassino,
alcalde de Turín, a las autoridades y a todos los participantes en
el III Forum Mundial de Desarrollo Local, que se celebra en la
ciudad italiana del 13 al 16 de octubre. El Papa ha querido
contribuir a ese forum recordando algunas ideas que expresó
recientemente en la Asamblea de las Naciones Unidas sobre los
objetivos de desarrollo sostenible, que son una ''esperanza para la
humanidad, siempre que se lleven a cabo de la forma adecuada''.
El
Pontífice destaca la importancia de las decisiones adoptadas por la
Comunidad Internacional que, sin embargo, ''corren el riesgo de caer
en un nominalismo declamatorio creando un efecto tranquilizador
sobre las conciencias''. También señala que la multiplicidad y
complejidad de las cuestiones exige el uso de medios técnicos de
medición. Esto, sin embargo, implica un doble peligro: limitarse al
ejercicio burocrático elaborando una larga lista de buenas
intenciones, o creer que una única solución teórica apriorística
pueda responder a todos los desafíos.
''La
acción política y económica -escribe el Papa- es una actividad
prudencial, guiada por el concepto perenne de justicia y que debe
tener siempre presente que antes de cualquier plan o programa, hay
hombres y mujeres concretos, iguales a los gobernantes, que viven,
luchan y sufren, que deben ser protagonistas de su propio destino. El
desarrollo humano integral y el completo ejercicio de la dignidad
humana no pueden ser impuestos''.
''Desde
esta perspectiva -añade- el desarrollo económico local parece ser
la respuesta más adecuada a los desafíos que nos presenta una
economía globalizada y a menudo cruel en sus resultados''. Asimismo
Francisco recuerda su intervención en la ONU, donde habló de cómo
la medidad del cumplimiento de la nueva Agenda para el desarrollo,
sería el acceso efectivo, práctico e inmediato de todos a los
bienes materiales y espirituales indispensables''. ''El único modo
de cumplir de forma permanente y real estos objetivos -añade- es
trabajando a nivel local''. A su vez señala que la actual crisis
mundial ha demostrado como las decisiones económicas, que
en general intentan promover el progreso de todos a través de la
generación de nuevos consumos y del aumento del beneficio, sean
insostenibles incluso para la marcha de la economía global.
Decisiones a las que denomina ''inmorales'' por no plantearse qué es
justo o qué es realmente necesario para el bien común.
Por
último elogia el pensamiento cristiano en Italia que a través de
figuras importantes que han seguido la linea trazada por Papa León
XIII en la Encíclica Rerum novarum, ha sabido ofrecer un análisis
económico que partiendo del ámbito local y territorial, ha
propuesto opciones y directrices para la economía mundial, así
como buena parte del pensamiento social laico, que a partir de
premisas diversas llegó a propuestas similares.
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