Ciudad
del Vaticano, 27 de marzo de 2015.- El respeto de los niños,
víctimas de la guerra, fue el tema de la intervención del arzobispo
Silvano M. Tomasi, Observador Permanente de la Santa Sede ante las
Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales,en Ginebra
durante la 28ª sesión del Consejo de Derechos Humanos que tuvo
lugar el 17 de marzo 2015.
''La
Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre la
República Árabe de Siria -dijo el arzobispo- informó recientemente
que, desde la crisis, más de 10 millones de sirios han huido de sus
hogares. Esto es casi la mitad de la población del país, ahora
privada de sus derechos elementales....Diversas fuentes han
proporcionado pruebas de cómo los niños sufren las consecuencias
brutales de un estado de guerra persistente en su país. Los niños
son reclutados para combatir, a veces incluso utilizados como
escudos humanos en los ataques militares. El llamado grupo del Estado
Islámico (Isis), ha agravado la situación mediante el uso de niños
como terroristas suicidas; matando a los que pertenecen a diferentes
comunidades religiosas y étnicas; vendiéndolos como esclavos en los
mercados, ajusticiándolos en masa y cometiendo otras atrocidades...
Los niños representan alrededor de la mitad de la población de
refugiados en los campamentos de Oriente Medio y son el grupo
demográfico más vulnerable en tiempos de conflicto y migración.
Más allá de las situaciones específicas que deben afrontar los
niños desplazados internamente y los que viven en campos de
refugiados en la región, y más allá de las inmensas tragedias que
les afectan, es importante imaginar su futuro, centrándose en tres
áreas de preocupación''
''En
primer lugar -afirmó- el mundo necesita hacer frente a la situación
de los niños apátridas, y como tales, en virtud de la ley, jamás
nacidos. Las Naciones Unidas estiman que sólo en el Líbano hay unos
30.000 de ellos. También, debido a los conflictos en el Medio
Oriente y la erradicación de la masa de las familias, varios miles
de niños no registrados se encuentran dispersos en los campos y en
los países de asilo... Los niños apátridas cruzan fronteras
internacionales solos y se encuentran totalmente abandonados...Si
bien todos se enfrentan a grandes dificultades, los que huyen de
Siria hacen frente a desafíos aún más dramáticos: un niño con
menos de once años e indocumentado no tiene acceso a los servicios
más básicos. Obviamente estos niños no pueden ir a la escuela y
son susceptibles de ser adoptados ilegalmente, reclutados por un
grupo armado, explotados o forzados a ejercer la prostitución. Todos
los niños tienen derecho a ser registrados al nacer y, por tanto, a
ser reconocidos como persona ante la ley. La aplicación de este
derecho abre el camino que da acceso al disfrute de otros derechos y
beneficios que afectan al futuro de estos niños. Simplificar los
mecanismos y requisitos para el registro, renunciar a los impuestos,
comprometerse en una legislación que incluya a los refugiados son
algunas medidas para hacer frente a la difícil situación de los
niños apátridas''.
En
segundo lugar, ''otro elemento importante que afecta al futuro de los
niños desarraigados es la educación. Tanto en Siria como en los
campamentos de refugiados en la región, proporcionar una educación
se ha vuelto extremadamente problemático. Cerca de 5.000 escuelas
fueron destruidas en Siria, donde más de medio millón de
estudiantes ya no recibe enseñanza y donde los ataques a los
edificios escolares continúan.... La Comunidad Internacional parece
haber calculado mal el alcance de la crisis siria. Muchos creían que
el flujo de refugiados sirios era temporal y que esos refugiados
dejarían los países de asilo dentro de pocos meses. Ahora, después
de cuatro años de conflicto, parece probable que estos refugiados se
mantendrán y que la población local tendrán que aprender a vivir
con ellos a su lado ....En los campos sólo hay 40 profesores para
más de 1.000 estudiantes, con edades comprendidas entre los 6 y los
17 años. Por diferentes razones, tanto en su país de origen como
en los campamentos de refugiados los niños encuentran un sistema
educativo inadecuado que altera su futuro. Hay una necesidad urgente
de un sistema de educación que pueda ocuparse de estos niños y
dar un poco de normalidad en sus vidas''.
Por
último otra grave consecuencia de la persistente violencia que azota
el Medio Oriente es ''la separación de los miembros de la familia,
lo que obliga a muchos niños a valerse por sí mismos... Con el fin
de evitar una mayor explotación de los niños y para protegerlos
adecuadamente, hay que hacer un esfuerzo extra para facilitar la
reunificación con sus familias''.
''El
derecho a una identidad legal, a una educación adecuada y a la
familia -concluyó el prelado- son elementos claves y requisitos
específicos de un sistema integral de protección del niño. Estas
medidas requieren la estrecha cooperación de todas las partes
interesadas. El acceso a una buena educación y atención
psicosocial, así como otros servicios básicos, es extremadamente
importante. Sin embargo, los niños no pueden beneficiarse de estos
servicios a menos que sean registrados al nacer y que se ayude a sus
familias y comunidades a protegerlos mejor. Si la violencia no se
detiene y no se recupera el ritmo normal de la enseñanza y el
desarrollo, estos niños corren el riesgo de convertirse en una
generación perdida''.
No hay comentarios:
Publicar un comentario