Ciudad
del Vaticano ,9 de febrero 2015 (VIS).-El Santo Padre se desplazó el
domingo a las cuatro de la tarde a la parroquia romana de San Miguel
Arcangel en el barrio de Pietralata, en la zona norte de la ciudad. A
su llegada, el Papa cambió su itinerario y visitó por sorpresa un
asentamiento cerca de la iglesia parroquial, llamado "Campo del
arco iris", que es el hogar de personas desplazadas procedentes
de África, América Latina, Ucrania y Rusia. Antes de despedirse de
los habitantes del campamento rezó junto a ellos el Padrenuestro en
español. Desde allí se dirigió al interior de la parroquia donde
encontró varios miembros de la comunidad parroquial, enfermos,
familias con niños bautizados durante este año, chicos y chicas de
catequesis, scouts y algunas personas sin hogar amparadas por la
Comunidad de San Egidio.
A
las familias con niños recién bautizados, Francisco les confesó
que le gusta escuchar el llanto de los niños ''porque son una
promesa de vida'' y que no hay que sacarlos fuera de la iglesia
cuando lloran. Además les animó a enseñar a sus hijos a hacerse la
señal de la cruz. A los enfermos les recordó que el Señor siempre
les acompaña, ''un padre nunca deja solos a sus hijos'' y por ello
deben ''confiar incluso en los momentos de mayor oscuridad''. A las
personas sin hogar les dio las gracias por no haber perdido la
esperanza y les reconoció el importante testimonio que ofrecen al
llevar hacia delante la soledad de la cruz. ''Bajo tantas cenizas de
sufrimiento, de soledad -dijo-, saber que está el fuego del Espíritu
Santo; debajo está el abrazo del amor de Dios. ¿Por qué el Señor
permite esta cruz?. Lo permitió primero con su hijo, por eso Jesús
os entiende bien''. Finalmente, a los chicos y chicas de la
catequesis les habló de la guerra y la paz, y les invitó a rezar
todos los días, en especial a la Virgen, ''nuestra madre que de la
mano nos lleva a Jesús y a encontrar la paz y no caer en la
guerra''. También, respondió a una pregunta que le hicieron los
chavales sobre cómo supo que la elección de ser sacerdote era la
correcta. El Papa comparó la seguridad de su elección con la que
sienten un hombre y una mujer cuando deciden casarse y explicó que a
pesar de las renuncias que deben hacer y los problemas que puedan
aparecer, el amor es más fuerte que todo. ''Esa seguridad -destacó-,
te la da Jesús''.
Después,
Francisco confesó a algunos fieles y al finalizar, sobre las seis de
la tarde, se dirigió a la parroquia para celebrar la Santa Misa. En
su homilía, el Papa exhortó a escuchar a Jesús y dejar que nos
predique. Jesús ''nos habla en el Evangelio -dijo- y ésta es una
costumbre que no tenemos aún, el buscar la palabra de Jesús en el
Evangelio. Llevar siempre con nosotros un Evangelio, pequeñito, y
tenerlo a mano. Leerlo aunque sólo sean cinco minutos porque es ahí
donde Jesús nos habla. Tener un contacto cotidiano con el
Evangelio''. Asimismo, invitó también a todos a dejarse curar las
heridas por el Señor, ''abrir el corazón -concluyó- para dejarlo
entrar y que nos sane''.
No hay comentarios:
Publicar un comentario