Ciudad
del Vaticano, 7 de febrero (VIS).-El Papa Francisco recibió hoy en
audiencia a los participantes de la Asamblea Plenaria ''Encontrar a
Dios en el corazón de la ciudad'', organizada por el Pontificio
Consejo para los Laicos. En ocasión del 50 aniversario de la
clausura del Concilio Vaticano II, dicho dicasterio está preparando
una ceremonia conmemorativa de la publicación del Decreto sobre el
Apostolado de los Laicos Apostolicam actuositatem. ''Iniciativa,
-dijo Francisco- que no sólo mira el pasado, sino al presente y el
futuro de la Iglesia''. El Pontífice elogió el tema elegido por la
asamblea ya que retoma la invitación de la exhortación apostólica
''Evangelii gaudium'' para entrar en los "desafíos de las
culturas urbanas" y explicó las dimensiones globales que el
fenómeno de la urbanización ha asumido actualmente.
''Más
de la mitad de los hombres en el planeta viven en ciudades -comentó-,
y el contexto urbano tiene un fuerte impacto en la mentalidad, la
cultura, los estilos de vida, las relaciones interpersonales y la
religiosidad del pueblo. En este contexto, tan variado y complejo, la
Iglesia ya no es el único promotor de sentido y los cristianos
absorben lenguajes, símbolos, mensajes y paradigmas que ofrecen
nuevos enfoques de la vida, a menudo en contradicción con el
Evangelio''. A pesar de estos riesgos, Francisco destacó que no
debemos olvidar que Dios no ha abandonado la ciudad. ''El título de
vuestra Plenaria -añadió- acentúa la posibilidad de encontrar a
Dios en el corazón de la ciudad... por esto es necesario no
abandonarse al pesimismo y el derrotismo, sino tener una mirada de fe
sobre la ciudad, una mirada contemplativa que descubra a ese Dios que
habita en sus casas, sus calles y sus plazas. Dios no está nunca
ausente de la ciudad porque no está ausente del corazón del
hombre''.
''En
la ciudad -continuó- hay a menudo un terreno mucho más fértil para
el apostolado de lo que muchos imaginan. Por tanto, es importante
cuidar la formación de los laicos: para que tengan esa mirada de fe,
llena de esperanza, que sepa ver la ciudad a través de los ojos de
Dios... y al mismo tiempo es necesario alimentar en ellos el deseo
del testimonio, para que puedan dar a los otros con amor el don de la
fe que han recibido, acompañando con afecto a esos hermanos que dan
los primeros pasos en la vida de la fe''. Francisco mencionó la
búsqueda de lo esencial, de la que tanto hablaba el entonces
arzobispo de Milán Giovanni Battista Montini. El beato Pablo VI en
su época ya invitaba a las personas implicadas en la gran misión
ciudadana a ser ellos mismos, esenciales, reales, genuinos y vivir de
lo que cuenta realmente. ''Sólo así -concluyóFrancisco- se puede
proponer en su fuerza, en su belleza, en su simplicidad, el mensaje
liberador del amor de Dios y de la salvación que Cristo nos ofrece.
Sólo así se va con esa actitud de respeto hacia las personas y se
proporciona lo esencial del Evangelio''.
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