Ciudad
del Vaticano, 2 de febrero 2015 (VIS).-''Habéis venido a Roma con
vuestra juventud, y también con vuestro heroísmo. De hecho, entre
vosotros hay algunos hermanos jóvenes, pero sobre todo prelados
que han atravesado el triste período de la persecución. Gracias
por vuestro testimonio de Jesucristo y por vuestro servicio al santo
pueblo de Dios'', escribe el Santo Padre en el discurso que ha
entregado esta mañana a los obispos de la Conferencia Episcopal de
Lituania al final de su quinquenal visita ''ad Limina''.
''Lituania
siempre ha tenido pastores cercanos a su rebaño y solidarios con él
-prosigue- A lo largo de la historia de la nación, han acompañado
con entgrega a su gente, no sólo en el camino de la fe y a la hora
de afrontar las dificultades materiales, sino también en la
construcción civil y cultural de la sociedad, que tiene su sustrato
histórico y de identidad en la fuerza de Evangelio y el amor a la
Santísima Madre de Dios. Vosotros sois los herederos de esta
historia, de este patrimonio de caridad pastoral, y lo demostráis
con la energía de vuestra acción, la comunión que os anima y la
perseverancia en la consecución de las metas que os indica el
Espíritu''.
''Queridos
hermanos, conozco vuestras fatigas apostólicas . Si durante mucho
tiempo la Iglesia en vuestro país ha sido oprimida por regímenes
fundados en ideologías contrarias a la dignidad y la libertad
humana, ahora os enfrentáis a otros peligros, como el secularismo y
el relativismo. Para ello, junto a un incansable anuncio del
Evangelio y los valores cristianos, no hay que olvidar un diálogo
constructivo con todos, incluso con los que no pertenecen a la
Iglesia o están lejos de la experiencia religiosa. Preocupaos porque
las comunidades cristianas sean siempre lugares de acogida, abiertas
y constructivas, estímulo para toda la sociedad en la búsqueda del
bien común''.
Francisco
no olvida el esfuerzo incesante y la atención que los obispos
lituanos prestan a su clero y les invita a rezar para que Dios les
conceda ''sacerdotes generosos y capaces de sacrificio y
dedicación''. Y también ''laicos convencidos que sepan asumirse
responsabilidades dentro de la comunidad eclesial y dar una valiosa
contribución cristiana a la sociedad'' a quienes los prelados
deben animar a estar presentes, ''con la fuerza de una fe adulta , en
la vida civil, cultural, política y social''.
El
Papa toca después el tema de la familia sobre cuya belleza, valores
y los retos que enfrenta en nuestra época la Iglesia está
reflexionando, y llama a los prelados a dar como pastores ''su
contribución a esta gran obra de discernimiento'' y sobre todo a
prestar gran atención a la pastoral familiar, ''de modo que los
cónyuges sienten la cercanía de la comunidad cristiana y se sientan
ayudados a "no conformarse a la mentalidad de este mundo, sino
a renovarse continuamente en el espíritu del Evangelio. ''De hecho,
vuestro país -nota el Pontífice- que ha entrado de lleno en la
Unión Europea, está expuesto a la influencia de las ideologías que
querrían introducir elementos de desestabilización de las familias,
fruto de un malentendido sentido de la libertad personal. Las
seculares tradiciones lituanas en este ámbito os ayudarán a
responder, según la razón y la fe, a tales desafíos''.
Tras
instar a los prelados a prestar una especial atención a las
vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada y a no esperar que
sean sus sacerdotes los primeros en buscarles, sino a salir ellos a
su encuentro, el Papa les exhorta a la solicitud por los pobres.
''Incluso en Lituania, a pesar del desarrollo económico actual
-concluye- hay muchos necesitados, desempleados, enfermos,
abandonados. Estad cerca de ellos. Y no os olvidéis de aquellos.
especialmente entre los jóvenes, que por diversas razones abandonan
el país y tratan de abrirse un camino nuevo en el extranjero. Su
creciente número y sus necesidades requieren atención y cuidado
pastoral por parte de la Conferencia Episcopal, para que puedan
mantener la fe y las tradiciones religiosas de Lituania''.
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