Ciudad
del Vaticano, 24 enero 2015
(VIS).- A mediodía, el Papa ha
encontrado, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico
Vaticano, a los participantes en el coloquio ecuménico de religiosos
y religiosas, promovido y organizado por la Congregación para los
Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica,
en ocasión del Año de la Vida Consagrada. Francisco resaltó el
particular significado de que el encuentro se llevase a cabo durante
la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. ''Cada año
nos recuerda -dijo refiriéndose a dicha semana- que el ecumenismo
espiritual es el alma del movimiento ecuménico''. Prosiguiendo con
este tema, compartió con los presentes algunas reflexiones sobre la
importancia de la vida consagrada para la unidad de los cristianos.
''El deseo de
restablecer la unidad de todos los cristianos -observó- está
presente naturalmente en todas las Iglesias y atañe tanto al clero
como a los laicos. Pero la vida religiosa, que tiene sus raíces en
la voluntad de Cristo y en la tradición común de la Iglesia
indivisa, tiene sin duda una vocación particular en la promoción
de esta unidad... A ella le corresponde la búsqueda de la unión con
Dios y de la unidad dentro de la comunidad fraterna, realizando de
manera ejemplar la oración del Señor ''para que todos sean uno''.
La vida religiosa -continuó- nos muestra precisamente que esta
unidad no es el fruto de nuestros esfuerzos, sino un don del Espíritu
Santo, que crea unidad dentro de la diversidad y nos revela también
que ésta sólo se logra si caminamos juntos, y si recorremos el
camino de la fraternidad en el amor, en el servicio y en la
aceptación mutua''.
El
Pontífice destacó que no hay unidad sin conversión, sin oración,
ni sin santidad de la vida. Señaló cómo la vida religiosa nos
recuerda ''que en el centro de cualquier búsqueda de unidad, y por
lo tanto de cualquier esfuerzo ecuménico, primero debe haber una
conversión del corazón, que comporta la petición y concesión del
perdón'', y que el compromiso ecuménico ''responde, en primer
lugar, a la súplica del Señor Jesús, que se basa esencialmente en
la oración''. Añadió también que ''la vida religiosa nos ayuda a
tomar conciencia de la llamada dirigida a todos los bautizados: la
llamada a la santidad de la vida, que es el único camino verdadero
hacia la unidad''. Al final, les expresó su gratitud por el
testimonio que rinden al Evangelio con su vida, y por el servicio que
ofrecen a la causa de la unidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario