Ciudad
del Vaticano, 9 diciembre 2014
(VIS).-Durante la Conferencia sobre el Impacto Humanitario de las
Armas Nucleares en curso en Viena (Austria) del 8 al 9 de diciembre
se ha dado lectura al mensaje que el Papa Francisco ha dirigido a
Sebastian Kurz, ministro federal para Europa, la Integración y los
Asuntos Exteriores de Austria.
''Las
consecuencias humanitarias de las armas nucleares son predecibles y
planetarias -escribe el Santo Padre- Y mientras a menudo nos
centramos en el potencial de las armas nucleares en los asesinatos en
masa, habría que prestar más atención a los "sufrimiento
innecesarios" causado por su utilización. Los códigos
militares y el derecho internacional, entre otros, condenan desde
hace tiempo a las personas que infligen sufrimientos innecesarios. Si
esos sufrimiento se condenan durante una guerra convencional,
tendrían que condenarse todavía más en el caso de una guerra
nuclear. Hay algunos entre nosotros que han sido víctimas de este
tipo de armas y nos advierten para no cometer los mismos errores
irreparables que devastaron a los pueblos y a la creación''.
''La
disuasión nuclear y la amenaza de destrucción mutua asegurada
-prosigue- no pueden ser la base de una ética de la fraternidad y la
convivencia pacífica entre los pueblos y los Estados... El tiempo de
contrarrestar la lógica del miedo con la ética de la
responsabilidad es ahora, para promover un clima de confianza y
diálogo sincero. Gastar en armas nucleares dilapida la riqueza de
las naciones. Dar prioridad a este tipo de gastos es un error y un
derroche de recursos que sería mucho mejor invertir en los sectores
del desarrollo humano integral, la educación, la salud y la lucha
contra la pobreza extrema. Cuando se despilfarran estos recursos, los
pobres y los débiles que viven en los márgenes de la sociedad pagan
el precio''.
''El
deseo de paz, de seguridad y estabilidad es uno de los deseos más
profundos del corazón humano, porque está arraigado en el Creador,
que hace miembros de la familia humana a todos los pueblos. Esta
aspiración no puede ser satisfecha sólo por medios militares, y
menos aún por la posesión de armas nucleares y otras armas de
destrucción masiva... La paz debe construirse sobre la justicia,
sobre el desarrollo socio-económico, la libertad, el respeto de los
derechos humanos fundamentales, en la participación de todos en los
asuntos públicos y en la construcción de la confianza entre los
pueblos. El Papa Pablo VI resumió todo esto en su encíclica
Populorum progressio: "El desarrollo es el nuevo nombre de la
paz''. Tenemos la responsabilidad de emprender acciones concretas que
promuevan la paz y la seguridad, estando siempre atentos al límite
que suponen los enfoques a corto plazo de los problemas de seguridad
nacional e internacional''.
''En
el marco de esta Conferencia, deseo alentar un diálogo sincero y
abierto entre las partes que están dentro de cada Estado que tiene
armas nucleares, entre los varios Estados que tienen armas
nucleares, y entre éstos y los Estados desprovistos de armas
nucleares. Este diálogo -puntualiza el Papa- debe ser inclusivo,
involucrando a las organizaciones internacionales, a las comunidades
religiosas y a la sociedad civil; debe estar orientado hacia el bien
común y no a la protección de los intereses especiales. "Un
mundo sin armas nucleares" es un objetivo compartido por todas
las naciones -del que se han hecho portavoces los líderes mundiales-
así como la aspiración de millones de hombres y mujeres. El futuro
y la supervivencia de la familia humana se centran en ir más allá
de este objetivo y en asegurar que se convierta en una realidad''.
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