Ciudad
del Vaticano, 27 de noviembre 2014 (VIS).-La Congregación para los
Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica ha
celebrado su asamblea plenaria reflexionando sobre la actualidad de
la vida consagrada en la Iglesia, cincuenta años después de los
documentos conciliares ''Lumen gentium'' y ''Perfectae caritatis''.
El tema elegido era ''Vino nuevo en odres nuevos'' y el Papa
Francisco, recibiendo esta mañana a ochenta de sus participantes, ha
basado su discurso en los múltiples significados de esa frase.
''En
la parcela de la viña del Señor representada por los que han
elegido imitar a Cristo más de cerca mediante la profesión de los
consejos evangélicos,ha madurado la uva nueva uva y se ha exprimido
el vino nuevo - observó el Pontífice- En estos días os habéis
propuesto discernir la calidad y el sabor del "vino nuevo"
cosechado en la larga temporada de la renovación, y al mismo tiempo
evaluar si los odres que lo contienen, representados por las formas
institucionales presentes hoy en día en la vida consagrada, son
adecuados para contener este "vino nuevo" y favorecer su
plena madurez. Como os he recordado otras veces no debemos tener
miedo de dejar los "odres viejos": es decir, de renovar los
hábitos y las estructuras que, en la vida de la Iglesia y, por
tanto, también en la vida consagrada ya no responden a lo que Dios
nos pide hoy para que su Reino avance en el mundo: las estructuras
que nos dan falsa protección y condicionan el dinamismo de la
caridad y los hábitos que nos alejan del rebaño al que hemos sido
enviados y nos impiden escuchar el grito de los que esperan la Buena
Nueva de Jesucristo''.
''No
os escondéis -prosiguió- los puntos débiles que puede tener la
vida consagrada en nuestros días como la resistencia de algunos
sectores al cambio, la menor fuerza de atracción, el importante
número de abandonos, la fragilidad de algunas rutas de formación,
el afán por las tareas institucionales y ministeriales a expensas de
la vida espiritual, la difícil integración de la diversidad
cultural y generacional, el problemático equilibrio en el ejercicio
de la autoridad y en el uso de bienes.. Me
preocupa también la pobreza... San Ignacio decía que la pobreza es
la madre y también el muro de la vida consagrada. Y es madre también
porque da vida y como muro protege de la mundanidad.
Seguís queriendo escuchar las señales del Espíritu que abre
nuevos horizontes y empuja a nuevos caminos, siempre partiendo de la
regla suprema del Evangelio e inspirados por la audacia creativa de
vuestros fundadores y fundadoras''.
El
Papa enumeró después los criterios de orientación a seguir en la
''ardua tarea de evaluar el vino nuevo y comprobar la calidad de los
odres'', citando entre ellos, la originalidad evangélica de las
opciones, la fidelidad carismática, la primacía del servicio, la
atención a los más pequeños y frágiles y el respeto por la
dignidad de cada persona.
Antes
de finalizar, animó a los presentes a seguir trabajando con
generosidad e ingenio en la viña del Señor, ''para cosechar el vino
bueno que revitaliza la vida de la Iglesia y alegra los corazones de
tantos hermanos y hermanas necesitados de vuestra atención'' y
subrayó que ''tampoco la sustitución de los odres viejos por los
nuevos no es automática sino que requiere el compromiso y la
capacidad para proporcionar el espacio idóneo para acoger y hacer
fructificar los dones con que el Espíritu sigue embelleciendo a la
Iglesia su esposa''. ''No os olvidéis -concluyó- de proseguir el
camino de renovación iniciado y ,en gran medida, realizado en los
últimos cincuenta años, examinado toda novedad a la luz de la
Palabra de Dios y escuchando las necesidades de la Iglesia y del
mundo contemporáneo y utilizando
todos los medios que la Iglesia pone a vuestra disposición para
avanzar en el camino de vuestra santidad personal y comunitaria. Y
entre estos medios el más importante es la oración...Decid a los
nuevos miembros, por favor, que rezar no es perder tiempo, que adorar
a Dios y alabarlo no es perder tiempo. Si nosotros, los consagrados,
no nos detenemos cada día ante Dios en la gratuidad de la oración,
el vino se volverá vinagre''.
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