Ciudad
del Vaticano, 27 noviembre 2014
(VIS).-Francisco ha recibido en audiencia esta mañana, en la Sala
del Consistorio del Palacio Apostólico, a los participantes de la
segunda fase del Congreso Internacional de la Pastoral de las Grandes
Ciudades, que se celebró en Barcelona (España) del 24 al 26 de
noviembre. El Santo Padre ha aprovechado la ocasión para profundizar
sobre cuatro desafíos y posibles horizontes de la pastoral urbana,
''los lugares desde donde Dios nos está llamando -ha dicho-... y los
aspectos a los cuales creo que debemos prestar especial atención ''.
En
primer lugar ha mencionado la necesidad de ''implementar un cambio en
la mentalidad pastoral'' ya que según el Pontífice, ya no estamos
en la época de la cristiandad en la que la Iglesia era el único
referente de la cultura, y como autentica maestra, sentía la
responsabilidad de delinear y de imponer no sólo las formas
culturales sino también los valores. ''Hoy ya no somos los únicos
que producen cultura, ni los primeros, ni los más escuchados. Por
tanto, necesitamos un cambio de mentalidad pastoral, pero no de una
''pastoral relativista'', que para estar presente en la ''cocina
cultural'' pierde el horizonte evangélico, dejando al hombre
abandonado a sí mismo y emancipado de la mano de Dios. ¡No, esto
no!. Este es el camino relativista, el más cómodo. ¡Esto no puede
llamarse pastoral! Quien hace esto no tiene ningún interés real en
el hombre, sino que lo deja a merced de dos peligros igualmente
graves: le ocultan a Jesús, y la verdad sobre la persona. Es un
camino que lleva al ser humano a la soledad de la muerte''. Por eso
''es necesario el valor de conducir una pastoral evangelizadora
audaz y sin miedos, por que el hombre, la mujer, las familias y los
diferente grupos que habitan la ciudad lo esperan de nosotros, y
necesitan en sus vidas, la Buena Nueva que es Jesús y su
Evangelio''.
Como
segundo desafío ha destacado ''el diálogo con la
multiculturalidad'' y la necesidad de un diálogo pastoral sin
relativismo, que no negocia la propia identidad cristiana, pero que
quiere llegar al corazón de los demás, incluso de aquellos que son
diferentes a nosotros, y sembrar allí el Evangelio. ''Necesitamos
una actitud contemplativa, que sin rechazar la contribución de las
diversas ciencias para aprender sobre el fenómeno urbano trata de
descubrir el fundamento de las culturas, que en su núcleo más
profundo están siempre abiertas y sedientas de Dios''. Para superar
este reto, Francisco ha señalado que será de gran ayuda conocer los
imaginarios y las ciudades invisibles, es decir, los grupos y/o
territorios humanos que se identifican en sus símbolos, lenguajes,
rituales y formas de hablar de la vida.
''La
religiosidad del pueblo'', ha sido el tercer punto a tratar. ''En
ella tenemos que apurar el auténtico sustrato religioso, que en
muchos casos es cristiano y católico -ha proseguido reconociendo que
en cada continente es diferente-. No debemos negar ni despreciar esta
experiencia de Dios que, aunque a veces dispersa o mezclada, pide ser
descubierta y no construida. Allí se encuentran las semillas de la
Palabra sembradas por el Espíritu del Señor''. El Papa ha recordado
a todos los migrantes y pobres que llenan las ciudades, ''peregrinos
de la vida -les ha llamado- en busca de salvación'', que constituyen
un doble desafío: Ser hospitalarios con ellos, cosa que la ciudad en
general no es, sino que los aparta, y aumentar su fe. El tema de
''los pobres urbanos'', ha sido el cuarto aspecto con el que el Santo
Padre ha concluido su reflexión. Pobres, excluidos, y descartados.
''La Iglesia no puede ignorar su grito, ni entrar en el juego de los
sistemas injustos, mezquinos e interesados que tratan de hacerlos
invisibles''.
Dos
han sido las propuestas de Francisco ante estos cuatro desafíos:
Salir para encontrar a Dios que vive en la ciudad y en los pobres,
facilitando a la gente el encuentro con el Señor, y trabajar por una
Iglesia samaritana, ''con un testimonio concreto de misericordia y
dulzura presente en las periferias existenciales y pobres, actuando
directamente sobre el imaginario social. Orientando y ofreciendo
sentido a la vida de la ciudad''.
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