Ciudad
del Vaticano, 6 noviembre 2014
(VIS).-Francisco recibió esta mañana en audiencia a una delegación
de la Alianza Evangélica Mundial (WEA, en inglés), una red de
iglesias evangélicas en 128 naciones, con sede en Nueva York
(Estados Unidos) que han formado una alianza con más de 100
organizaciones internacionales para dar voz a 600 millones de
cristianos evangélicos en todo el mundo.
Comenzando
su discurso a la Alianza el Papa subrayó que el Bautismo es un don
divino inestimable que tenemos en común y gracias al cual no vivimos
sólo en la realidad terrenal sino en la potencia del Espíritu.
Después pasó a recordar que desde el principio hubo divisiones
entre los cristianos, y que por desgracia todavía hoy sigue habiendo
rivalidades y conflictos entre nuestras comunidades. ''Dicha
situación -observó- debilita nuestra capacidad de cumplir con el
mandato del Señor de predicar el Evangelio a todas las naciones. La
realidad de nuestras divisiones afea la belleza de la única túnica
de Cristo, pero no destruye por completo la unidad profunda que
genera la gracia de todos los bautizados. La eficacia del anuncio
cristiano, indudablemente, sería mayor si los cristianos superasen
sus divisiones y pudieran celebrar los sacramentos juntos, difundir
juntos la Palabra de Dios y dar testimonio de caridad''.
El
Obispo de Roma manifestó también su alegría porque en muchos
países del mundo, los católicos y los evangélicos han establecido
relaciones de hermandad y cooperación, reconociendo que los
esfuerzos conjuntos del Consejo Pontificio para la Promoción de la
Unidad de los Cristianos y la Comisión Teológica de la Alianza
Evangélica Mundial ''han abierto nuevas perspectivas, aclarando
malentendidos y mostrando formas de superar los prejuicios''.
''Espero -recalcó- que estas consultas inspiren ulteriormente
nuestro testimonio común y nuestros esfuerzos evangelizadores. Si
realmente creemos en la libre y generosa acción del Espíritu,
¡cuántas cosas podemos aprender unos de otros! No se trata sólo de
recibir información sobre los demás para conocerlos mejor, sino de
recoger lo que el Espíritu ha sembrado en ellos como un don también
para nosotros. También espero que el documento "Testimonio
cristiano en un mundo multirreligioso. Recomendaciones de conducta''
se convierta en fuente de inspiración para el anuncio del Evangelio
en contextos multirreligiosos''.
''Tengo
confianza en que el Espíritu Santo, que suscita en la Iglesia, con
su poderoso aliento, el coraje de perseverar y también de buscar
nuevos métodos de evangelización, marque el comienzo de una nueva
etapa en las relaciones entre católicos y evangélicos. Una etapa
que permita realizar más plenamente la voluntad del Señor de
llevar el evangelio hasta los confines de la tierra.. Os aseguro mis
oraciones por esta causa y también os pido que recéis por mí y
mi ministerio'', concluyó Francisco.
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