Ciudad
del Vaticano, 6 noviembre 2014
(VIS).-''Os doy la bienvenida a vosotros que desde ''el cálido
corazón de África'' llegáis a Roma ''el cálido corazón de la
Iglesia'' saluda el Papa a los obispos de la Conferencia Episcopal
de Malawi en el discurso que les ha entregado esta mañana al final
de su quinquenal visita ad Limina. Francisco anota también que la
eficacia de sus esfuerzos pastorales y administrativos es fruto de la
fe, así como de la unidad y el espíritu fraternal que caracterizan
esa conferencia episcopal.
El
Santo Padre expresa su aprecio ''por el admirable espíritu de la
gente de Malawi, que, aunque se enfrenta con muchos obstáculos
graves en términos de desarrollo, progreso económico y nivel de
vida, permanece firme en su compromiso con la vida familiar'' porque
en esa institución -que enseña a las personas el amor, el
sacrificio,y la fidelidad - es donde la Iglesia y la sociedad en
Malawi encontrarán los recursos necesarios para renovar y construir
una cultura de solidaridad. ''Vosotros sabéis muy bien -escribe- los
desafíos y el valor de la vida familiar, y, como padres y pastores,
estáis llamados a nutrirla, protegerla y fortalecerla en el contexto
de la "familia de la fe", que es la Iglesia...Se podría
decir que la aportación más grande que la Iglesia puede dar al
futuro de Malawi y, además a su propio desarrollo, es un apostolado
de la familia completo y alegre.. Por lo tanto, si hacéis todo lo
posible para apoyar, educar y evangelizar a las familias,
especialmente aquellas en situación de dificultades materiales,
ruptura, violencia o infidelidad, los beneficios para la Iglesia y
la sociedad de Malawi serán inestimables''..
Entre
los resultados de ese apostolado cabe esperar el aumento de
vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa para que la Iglesia en
ese país, asentada sobre las sólidas bases establecidas por
generaciones de misioneros, siga creciendo gracias a la
evangelización de los hombres y mujeres nacidos en Malawi. De ahí
que el Obispo de Roma exhorte a los prelados locales a estar siempre
cerca de sus seminaristas y sacerdotes, amándoles como ''padres'' y
preocupándose al mismo tiempo de garantizarles una formación
completa sea espiritual que intelectual y pastoral.
La
tragedia de la limitada esperanza de vida y de la extremada pobreza
de gran parte de la población de Malawi es otra de las
preocupaciones del Papa.''Pienso en los que sufren de VIH / SIDA, y
en particular en los niños huérfanos y en los padres que se quedan
sin amor ni apoyo como consecuencia de esta enfermedad'', señala el
Pontífice, invitando al mismo tiempo a los obispos a que sigan
estando cerca de los que sufren, de los enfermos, y especialmente de
los niños. ''Os pido en particular que hagáis presente mi gratitud
a los muchos hombres y mujeres que ofrecen la ternura y el amor de
Cristo en las instituciones sanitarias católicas. El servicio que
la Iglesia ofrece a los enfermos, a través de la pastoral, la
oración, las clínicas y los centros de acogida, siempre debe tener
su fuente y su modelo en Cristo, que nos amó y se entregó por
nosotros. ¿Cómo podemos ser seguidores del Señor si no nos
involucramos personalmente en el ministerio a los enfermos, los
pobres, los moribundos y los indigentes? De nuestra fe en Cristo,
nacida del reconocimiento de nuestra necesidad de quien vino a sanar
nuestras heridas, para enriquecernos, para darnos vida, para
alimentarnos, brota la preocupación por el desarrollo integral de
los más abandonados de la sociedad''.
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