Ciudad
del Vaticano, 9 de noviembre 2014 (VIS).-A mediodía el Santo Padre
se asomó a la ventana de su estudio para rezar el Ángelus con miles
de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro y explicarles que la
liturgia recuerda hoy la dedicación de la basílica de San Juan de
Letrán, la catedral de Roma y que la tradición define “madre de
todas las iglesias de la ciudad y del mundo”.
''El
término “madre” - afirmó -se refiere no tanto al edificio
sagrado de la basílica, cuanto a la obra del Espíritu Santo que se
manifiesta en el mismo fructificando, mediante el ministerio del
Obispo de Roma, en todas las comunidades que permanecen en la unidad
con la Iglesia que él preside''. Así, ''cada vez que se celebra la
dedicación de una iglesia, hay que recordar una verdad esencial:
el templo material, fabricado con ladrillos, es un signo de la
Iglesia viva y operante en la historia, es decir, de ese “templo
espiritual”...del cual Cristo mismo es “piedra viva, rechazada
por los hombres, pero elegida y preciosa delante de Dios”.
Y
en el Evangelio de la liturgia de hoy, Jesús hablando del ''templo''
revela una verdad asombrosa: El templo de Dios no es solamente el
edificio fabricado con ladrillos, es su Cuerpo, hecho de piedras
vivas. ''En virtud del Bautismo -agregó Francisco- cada cristiano,
forma parte del “edificio de Dios”, es más, se convierte en la
Iglesia de Dios. El edificio espiritual, la Iglesia comunidad de los
hombres santificados por la sangre de Cristo y por el Espíritu del
Señor resucitado, nos pide a todos que seamos coherentes con el don
de la fe y que cumplamos un camino de testimonio cristiano... La
Iglesia, en el origen de su vida y de su misión en el mundo, no era
más que una comunidad constituida para confesar la fe en Jesucristo
Hijo de Dios y Redentor de la humanidad, una fe que obra por medio de
la caridad... También hoy la Iglesia está llamada a ser en el mundo
la comunidad que, radicada en Cristo por medio del bautismo, profesa
con humildad y valentía la fe en Él, testimoniándola con la
caridad. Y de igual modo los elementos institucionales, las
estructuras y los organismos pastorales deben ordenarse según esta
finalidad esencial''.
''La
fiesta de hoy -finalizó Francisco- nos invita a meditar en la
comunión de todas las Iglesias, es decir, de esta comunidad
cristiana y por analogía nos llama a comprometernos para que la
humanidad supere las fronteras de la enemistad y la indiferencia,
para construir puentes de comprensión y diálogo, para hacer del
mundo entero una familia de pueblos reconciliados entre sí,
fraternos, y solidarios''.
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