Ciudad
del Vaticano, 16 junio 2014
(VIS).- Del 11 al 13 de junio, en la sede del Pontificio Consejo Cor
Unum, se ha celebrado la reunión anual del consejo administrativo de
la Fundación Populorum Progressio. Este año el lugar elegido ha
sido Roma, sobre todo para pedir al Papa Francisco, a la luz de su
experiencia pastoral en América Latina, orientaciones programáticas
sobre el futuro de dicha Fundación después de 22 años de trabajo.
De
los 135 proyectos presentados en 2014 por las diversas jurisdicciones
eclesiásticas de América Latina y el Caribe se han aprobado 125, en
línea con los criterios de la Populorum Progressio, por un total de
1.800.000 dólares. La mayoría contemplaban iniciativas relativas a
la formación de niños y jóvenes. Así, se podrán sostener
varias comunidades en sus proyectos de desarrollo y promoción
humana. Se trata, en conjunto, de microproyectos que abarcan
distintos ámbitos; no sólo la formación, sino también la
construcción de pozos de agua potable y locales comunitarios, la
institución de fondos rotatorios y bancos de semillas, la
financiación de proyectos sanitarios, etc...
El
Papa recibió el viernes a los miembros del consejo de
administración. Durante 40 minutos los prelados departieron con él
de argumentos relativos al continente latinoamericano, siempre
teniendo en cuenta la actividad desarrollada por esa Fundación. El
Santo Padre reafirmó en primer lugar, que las instituciones
católicas no son ONGs ya que tienen que actuar según una
antropología que vea en la persona no solo una 'boca que alimentar',
sino que tenga también en cuenta su dimensión espiritual y el
anhelo de Dios y de eternidad que cada uno lleva en su corazón
En
segundo lugar se abordó la cuestión del indigenismo y, más tarde,
la de la evangelización y su relación con las obras de caridad,
en el contexto de las obras de misericordia corporales que no hay que
separar de las espirituales. El Santo Padre recordó igualmente que
la ideología centrada en un ''dios dinero'' apunta a descartar a
dos categorías de personas: a los niños, futuro de la sociedad, y a
los ancianos, que son su memoria histórica. También subrayó el
drama del desempleo juvenil, que deja a generaciones de chicos y
chicas sin porvenir y los hace presas fáciles de la dependencia o la
criminalidad. Francisco pidió a la Populorum Progressio que se ocupe
mucho de este sector de la población a través de proyectos de
educación y de formación profesional. El diálogo fue franco,
abierto y fructuoso.
Celebrar
la reunión en Roma hizo posible que el consejo de administración se
confrontase con organismos como la Pontificia Comisión para América
Latina, cuyo secretario Guzmán Carriquiry Lecour intervino a
petición del cardenal Marc Ouellet, presidente de ese organismo,
durante la mesa redonda de la primera jornada de reunión. Con él
hubo un intercambio de pareceres muy provechoso acerca del
indigenismo y el tema de la formación. A ese respecto hay que
subrayar que la Fundación ha puesto en marcha, a partir de este
consejo de administración, la colaboración con la Universidad
Católica de San Antonio de Murcia (España) para instituir cursos de
formación de agentes de pastoral caritativa, que a menudo son los
directos responsables de los proyectos de la Fundación en el
lugar.
La
Fundación debe enfrentar ahora el reto de ampliar el horizonte
geográfico de sus donaciones con el objetivo de que todos los
proyectos presentados encuentren cabida en la caridad del Papa. En
este sentido los miembros de la Populorum Progressio se han propuesto
sensibilizar más profundamente a las Iglesias particulares y a las
personas de buena voluntad para que los fondos disponibles para esta
labor, muy apreciada por el Santo Padre, se incrementen y la tarea se
amplíe.
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