Ciudad
del Vaticano, 29 julio 2013 (VIS).- El
Papa se reunió el domingo, antes de la ceremonia de clausura con los
jóvenes voluntarios de la JMJ. En el pabellón del Centro de
Congresos se encontraban unos 15 mil voluntarios de los 60 mil que
han trabajado durante dos años en la preparación de la JMJ
brasileña. Entre cantos y aplausos, los jóvenes recibieron al Papa
que no dudó en saludar con abrazos y algún que otro beso.
Francisco
agradeció a los chicos "por tantos pequeños gestos que han
hecho de esta Jornada Mundial de la Juventud una experiencia
inolvidable de fe" y recordó que gracias a las sonrisas, la
amabilidad y la disponibilidad para el servicio, han demostrado que
"hay más dicha en dar que en recibir".
El
Papa les comparó con san Juan Bautista "que preparó el camino
a Jesús" -dijo- "éste es el servicio más bonito que
podemos realizar como discípulos misioneros: Preparar el camino para
que todos puedan conocer, encontrar y amar al Señor", y les
pidió que fueran siempre "generosos con Dios y con los otros.
No se pierde nada, y en cambio, es grande la riqueza de vida que se
recibe".
Francisco
mencionó que Dios tiene un proyecto para cada uno y que descubrirlo
y responder es "caminar hacia la realización feliz de uno
mismo". Dijo que a unos les llama a "crear una familia con
el matrimonio", y aquí recordó que en la cultura de lo
provisional este sacramento está pasado de moda. "Muchos
predican que lo importante es disfrutar el momento -dijo-, que no
vale la pena comprometerse para toda la vida, hacer opciones
definitivas, para siempre, porque no se sabe lo que pasará mañana”
y les pidió que fueran revolucionarios, que fueran a
contracorriente, que se rebelasen contra la cultura de lo provisional
que, "en el fondo, cree –refiriéndose a ese tipo de cultura-
que ustedes no son capaces de asumir responsabilidades, que no son
capaces de amar verdaderamente... atrévanse a ser felices".
El
Pontífice continuó diciendo que el Señor a otros les llama al
sacerdocio o a vida religiosa, y compartió con los jóvenes su
experiencia de cuando sintió por primera vez que Dios le llamaba con
17 años. "¡No tengan miedo a lo que Dios pide! -les dijo-.
Vale la pena decir “sí” a Dios. ¡En Él está la alegría!".
Por
último, se dirigió a los que aún “no tienen claro que harán con
sus vidas”, y les animó a preguntárselo al Señor, "Él os
hará ver el camino -les dijo- no olviden lo que han vivido durante
estos días. Cuenten siempre con mis
oraciones y estoy seguro de que yo puedo contar con las de ustedes".
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