CIUDAD DEL VATICANO, 16 SEP 2010 (VIS).-A las 15,45 (hora local), el Papa se trasladó en automóvil desde Edimburgo al Bellahouston Park de Glasgow, donde llegó una hora más tarde. Después de recorrer en papamóvil el parque saludando y bendiciendo a los 70.000 fieles presentes, celebró la Eucaristía en el día en que se conmemora a San Ninián de Galloway, apóstol de Escocia (360-432).
Recordando la “histórica visita” de Juan Pablo II (1982) a este lugar, en la que exhortó a los fieles a caminar junto con los “hermanos cristianos”, el Papa afirmó que el resultado es “una mayor confianza y amistad con los miembros de la Iglesia de Escocia, de la Iglesia Episcopal Escocesa y de las otras comunidades cristianas”.
Benedicto XVI saludo entonces a los representantes de las otras confesiones cristianas presentes e invitó a dar gracias a Dios “por la promesa que representa el entendimiento y la cooperación ecuménica para un testimonio común de la verdad salvadora de la Palabra de Dios en medio de los rápidos cambios de la sociedad actual”.
Hablando a continuación de la enseñanza, el Papa puso de relieve que “en los últimos treinta años, con la ayuda de las autoridades civiles, las escuelas católicas en Escocia han asumido el reto de proporcionar una educación integral a un mayor número de estudiantes”.
“Animo a los profesionales católicos, a los políticos y profesores escoceses a no perder nunca de vista que están llamados a poner sus talentos y su experiencia al servicio de la fe, confrontándose con la cultura escocesa contemporánea en todos sus ámbitos”.
El Santo Padre señaló que “la evangelización de la cultura es muy importante en nuestro tiempo, cuando la “dictadura del relativismo” amenaza con oscurecer la verdad inmutable sobre la naturaleza del hombre, sobre su destino y su bien último. Hoy en día, algunos pretenden excluir de la esfera pública las creencias religiosas, relegarlas a lo privado, objetando que son una amenaza para la igualdad y la libertad. Sin embargo, la religión es en realidad garantía de auténtica libertad y respeto, que nos lleva a considerar a cada persona como un hermano o una hermana. Por esta razón, os invito en modo particular a vosotros, fieles laicos (…) a ser no sólo ejemplo de fe en público, sino también a plantear en el foro público los argumentos promovidos por la sabiduría y la visión de la fe”.
“La sociedad actual –añadió- necesita voces claras que propongan nuestro derecho a vivir, no en una selva de libertades autodestructivas y arbitrarias, sino en una sociedad que trabaje por el verdadero bienestar de sus ciudadanos y les ofrezca guía y protección en su debilidad y fragilidad. No tengáis miedo de ofrecer este servicio a vuestros hermanos y hermanas, y al futuro de vuestra querida nación”.
Dirigiéndose a los obispos de Escocia, Benedicto XVI les recordó que una de sus prioridades pastorales es la santificación de los sacerdotes. “Rezad con ellos –dijo- por las vocaciones”.
Los presbíteros, dijo, “estáis llamados a la santidad y al servicio del pueblo de Dios, conformando vuestras vidas con el misterio de la cruz del Señor. Predicad el Evangelio con un corazón puro y una conciencia recta. Dedicaos solo a Dios y seréis ejemplo luminoso de santidad, de vida sencilla y alegre para los jóvenes: ellos, por su parte, desearán seguramente unirse a vosotros en el servicio asiduo al pueblo de Dios”.
El Papa terminó con unas palabras a los jóvenes católicos de Escocia: “Hay muchas tentaciones que debéis afrontar cada día -droga, dinero, sexo, pornografía, alcohol- y que según el mundo os proporcionarán felicidad, cuando en realidad estas cosas son destructivas y crean división. Sólo una cosa permanece: el amor personal de Jesucristo por cada uno de vosotros. Buscadlo, conocedlo y amadlo y El os liberará de la existencia deslumbrante, pero superficial, que propone frecuentemente la sociedad actual. Dejad de lado todo lo que es indigno y descubrid vuestra propia dignidad de hijos de Dios”.
“Rezo para que muchos de vosotros conozcáis y améis a Jesucristo y, a través de este encuentro, os dediquéis por completo a Dios, especialmente los que habéis sido llamados al sacerdocio o a la vida religiosa”.
Terminada la misa, el Papa se trasladó en avión desde el aeropuerto de Glasgow al aeropuerto Heathrow de Londres. Desde allí se dirigió a la nunciatura apostólica, donde pasó la noche.
PV-REINO UNIDO/ VIS 20100917 (740)
Recordando la “histórica visita” de Juan Pablo II (1982) a este lugar, en la que exhortó a los fieles a caminar junto con los “hermanos cristianos”, el Papa afirmó que el resultado es “una mayor confianza y amistad con los miembros de la Iglesia de Escocia, de la Iglesia Episcopal Escocesa y de las otras comunidades cristianas”.
Benedicto XVI saludo entonces a los representantes de las otras confesiones cristianas presentes e invitó a dar gracias a Dios “por la promesa que representa el entendimiento y la cooperación ecuménica para un testimonio común de la verdad salvadora de la Palabra de Dios en medio de los rápidos cambios de la sociedad actual”.
Hablando a continuación de la enseñanza, el Papa puso de relieve que “en los últimos treinta años, con la ayuda de las autoridades civiles, las escuelas católicas en Escocia han asumido el reto de proporcionar una educación integral a un mayor número de estudiantes”.
“Animo a los profesionales católicos, a los políticos y profesores escoceses a no perder nunca de vista que están llamados a poner sus talentos y su experiencia al servicio de la fe, confrontándose con la cultura escocesa contemporánea en todos sus ámbitos”.
El Santo Padre señaló que “la evangelización de la cultura es muy importante en nuestro tiempo, cuando la “dictadura del relativismo” amenaza con oscurecer la verdad inmutable sobre la naturaleza del hombre, sobre su destino y su bien último. Hoy en día, algunos pretenden excluir de la esfera pública las creencias religiosas, relegarlas a lo privado, objetando que son una amenaza para la igualdad y la libertad. Sin embargo, la religión es en realidad garantía de auténtica libertad y respeto, que nos lleva a considerar a cada persona como un hermano o una hermana. Por esta razón, os invito en modo particular a vosotros, fieles laicos (…) a ser no sólo ejemplo de fe en público, sino también a plantear en el foro público los argumentos promovidos por la sabiduría y la visión de la fe”.
“La sociedad actual –añadió- necesita voces claras que propongan nuestro derecho a vivir, no en una selva de libertades autodestructivas y arbitrarias, sino en una sociedad que trabaje por el verdadero bienestar de sus ciudadanos y les ofrezca guía y protección en su debilidad y fragilidad. No tengáis miedo de ofrecer este servicio a vuestros hermanos y hermanas, y al futuro de vuestra querida nación”.
Dirigiéndose a los obispos de Escocia, Benedicto XVI les recordó que una de sus prioridades pastorales es la santificación de los sacerdotes. “Rezad con ellos –dijo- por las vocaciones”.
Los presbíteros, dijo, “estáis llamados a la santidad y al servicio del pueblo de Dios, conformando vuestras vidas con el misterio de la cruz del Señor. Predicad el Evangelio con un corazón puro y una conciencia recta. Dedicaos solo a Dios y seréis ejemplo luminoso de santidad, de vida sencilla y alegre para los jóvenes: ellos, por su parte, desearán seguramente unirse a vosotros en el servicio asiduo al pueblo de Dios”.
El Papa terminó con unas palabras a los jóvenes católicos de Escocia: “Hay muchas tentaciones que debéis afrontar cada día -droga, dinero, sexo, pornografía, alcohol- y que según el mundo os proporcionarán felicidad, cuando en realidad estas cosas son destructivas y crean división. Sólo una cosa permanece: el amor personal de Jesucristo por cada uno de vosotros. Buscadlo, conocedlo y amadlo y El os liberará de la existencia deslumbrante, pero superficial, que propone frecuentemente la sociedad actual. Dejad de lado todo lo que es indigno y descubrid vuestra propia dignidad de hijos de Dios”.
“Rezo para que muchos de vosotros conozcáis y améis a Jesucristo y, a través de este encuentro, os dediquéis por completo a Dios, especialmente los que habéis sido llamados al sacerdocio o a la vida religiosa”.
Terminada la misa, el Papa se trasladó en avión desde el aeropuerto de Glasgow al aeropuerto Heathrow de Londres. Desde allí se dirigió a la nunciatura apostólica, donde pasó la noche.
PV-REINO UNIDO/ VIS 20100917 (740)
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