CIUDAD DEL VATICANO, 2 FEB 2009 (VIS).-Los obispos de la Conferencia Episcopal de Turquía fueron recibidos hoy por el Santo Padre al final de su visita "ad limina", "que se desarrolla providencialmente -dijo el Papa- en el año consagrado a San Pablo" y asume una importancia particular al ser los prelados "los pastores (…) de esa tierra donde nació el Apóstol de las Naciones y donde fundó numerosas comunidades".
"Sé que en vuestro país habéis querido otorgar un carácter especial a este año jubilar y que muchos peregrinos visitan los lugares claves de la tradición cristiana. Espero que a los peregrinos les resulte más fácil el acceso a esos lugares tan significativos para la fe cristiana, así como a las celebraciones de culto", afirmó el Papa. Después, comentando la "dimensión ecuménica" del Año Paulino, manifestó el deseo de que la misma "haga posibles nuevos progresos en el camino hacia la unidad de todos los cristianos".
Benedicto XVI recordó la "rica historia" de la Iglesia en Turquía marcada "por el desarrollo de las primeras comunidades cristianas" y jalonada de nombres ilustres como San Juan y San Ignacio de Antioquia en la antigüedad, mientras en la época moderna "Benedicto XV y el beato Juan XXIII también caracterizaron la vida de la nación y de la Iglesia en Turquía". El Papa se refirió asimismo a don Andrea Santoro, el sacerdote italiano asesinado en Trebisonda el 5 de febrero de 2006, y dijo: "!Ojala esta historia prestigiosa sea para vuestras comunidades, de las que conozco el vigor de la fe y la abnegación en las pruebas, no solamente el recuerdo de un pasado glorioso, sino además un empuje para proseguir con generosidad por el camino trazado, atestiguando entre vuestros hermanos el amor de Dios por todos los seres humanos!".
"El pueblo de Dios encontrará un apoyo eficaz para su fe y su esperanza en la comunión eclesial, (…) y los obispos son los primeros responsables de la realización concreta de esta unidad. La profunda comunión que debe reinar entre ellos, en la diversidad de ritos, se expresa ante todo en la fraternidad auténtica y la mutua colaboración que les permite cumplir su ministerio con espíritu colegial, reforzando la unidad del Cuerpo de Cristo".
"La comunidad cristiana en vuestro país -prosiguió el Santo Padre- vive en una nación regida por una Constitución que afirma la laicidad del Estado, pero donde la mayor parte de la población es musulmana. Por eso, es muy importante que cristianos y musulmanes se dediquen juntos a la promoción del ser humano, de la vida, de la paz y la justicia. Además, la distinción entre la esfera civil y la religiosa es ciertamente un valor que debe protegerse".
"No obstante -subrayó-, en ese ámbito, toca al Estado garantizar con eficacia a todos los ciudadanos y a todas las comunidades religiosas la libertad de culto y la libertad religiosa, siendo inaceptable toda violencia contra los creyentes, cualquiera que sea su religión. En ese contexto, conozco vuestro deseo y vuestra disponibilidad de entablar un diálogo sincero con las Autoridades para encontrar una solución a los diversos problemas planteados a vuestras comunidades, como el del reconocimiento de la personalidad jurídica de la Iglesia católica y de sus bienes".
"Ese reconocimiento -concluyó Benedicto XVI- no puede por menos que tener consecuencias positivas para todos. Es deseable que se establezcan contactos permanentes, por ejemplo a través de una comisión bilateral para estudiar las cuestiones todavía irresueltas".
AL/…/TURQUIA VIS 20090202 (580)
"Sé que en vuestro país habéis querido otorgar un carácter especial a este año jubilar y que muchos peregrinos visitan los lugares claves de la tradición cristiana. Espero que a los peregrinos les resulte más fácil el acceso a esos lugares tan significativos para la fe cristiana, así como a las celebraciones de culto", afirmó el Papa. Después, comentando la "dimensión ecuménica" del Año Paulino, manifestó el deseo de que la misma "haga posibles nuevos progresos en el camino hacia la unidad de todos los cristianos".
Benedicto XVI recordó la "rica historia" de la Iglesia en Turquía marcada "por el desarrollo de las primeras comunidades cristianas" y jalonada de nombres ilustres como San Juan y San Ignacio de Antioquia en la antigüedad, mientras en la época moderna "Benedicto XV y el beato Juan XXIII también caracterizaron la vida de la nación y de la Iglesia en Turquía". El Papa se refirió asimismo a don Andrea Santoro, el sacerdote italiano asesinado en Trebisonda el 5 de febrero de 2006, y dijo: "!Ojala esta historia prestigiosa sea para vuestras comunidades, de las que conozco el vigor de la fe y la abnegación en las pruebas, no solamente el recuerdo de un pasado glorioso, sino además un empuje para proseguir con generosidad por el camino trazado, atestiguando entre vuestros hermanos el amor de Dios por todos los seres humanos!".
"El pueblo de Dios encontrará un apoyo eficaz para su fe y su esperanza en la comunión eclesial, (…) y los obispos son los primeros responsables de la realización concreta de esta unidad. La profunda comunión que debe reinar entre ellos, en la diversidad de ritos, se expresa ante todo en la fraternidad auténtica y la mutua colaboración que les permite cumplir su ministerio con espíritu colegial, reforzando la unidad del Cuerpo de Cristo".
"La comunidad cristiana en vuestro país -prosiguió el Santo Padre- vive en una nación regida por una Constitución que afirma la laicidad del Estado, pero donde la mayor parte de la población es musulmana. Por eso, es muy importante que cristianos y musulmanes se dediquen juntos a la promoción del ser humano, de la vida, de la paz y la justicia. Además, la distinción entre la esfera civil y la religiosa es ciertamente un valor que debe protegerse".
"No obstante -subrayó-, en ese ámbito, toca al Estado garantizar con eficacia a todos los ciudadanos y a todas las comunidades religiosas la libertad de culto y la libertad religiosa, siendo inaceptable toda violencia contra los creyentes, cualquiera que sea su religión. En ese contexto, conozco vuestro deseo y vuestra disponibilidad de entablar un diálogo sincero con las Autoridades para encontrar una solución a los diversos problemas planteados a vuestras comunidades, como el del reconocimiento de la personalidad jurídica de la Iglesia católica y de sus bienes".
"Ese reconocimiento -concluyó Benedicto XVI- no puede por menos que tener consecuencias positivas para todos. Es deseable que se establezcan contactos permanentes, por ejemplo a través de una comisión bilateral para estudiar las cuestiones todavía irresueltas".
AL/…/TURQUIA VIS 20090202 (580)
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