CIUDAD DEL VATICANO, 31 ENE 2009 (VIS).-El Papa recibió este mediodía en la Sala Clementina, en el Vaticano, a los dirigentes de la Confederación Italiana Sindical de los Trabajadores (CISL), con motivo del sesenta aniversario de su fundación.
El Santo Padre recordó que hace sesenta años la CISL daba sus primeros pasos, "tomando parte activa en la fundación del sindicato libre internacional y aportaba al nuevo sujeto la contribución de la adhesión a los principios de la doctrina social de la Iglesia y a la práctica de un sindicalismo libre y autónomo de la política y de los partidos".
Hoy, dijo, "deseáis seguir inspirándoos en el magisterio social de la Iglesia para tutelar los intereses de los trabajadores, trabajadoras y jubilados de Italia".
Benedicto XVI se refirió posteriormente a la atención de la Iglesia "a los problemas sociales, que ha aumentado en el último siglo". En este contexto recordó la Encíclica "Rerum novarum" de León XIII, que "hizo una defensa clara de la dignidad inalienable de los trabajadores. Las orientaciones ideales, contenidas en este documento, contribuyeron a reforzar la animación cristiana de la vida social".
Al cumplirse cien años de la publicación de la "Rerum novarum", Juan Pablo II escribió la Encíclica "Centesimus annus" (1991) y diez años antes, en 1981, en la Encíclica "Laborem exercens", dedicada al tema del trabajo, ponía de relieve "el papel y la importancia estratégica de los sindicatos, definidos "un elemento indispensable de la vida social, especialmente en las sociedades modernas industrializadas".
El Santo Padre señaló que "en el magisterio de los papas del siglo XX existe otro elemento que se destaca a menudo: el llamamiento a la solidaridad y a la responsabilidad. Para superar la crisis económica y social que estamos viviendo, sabemos que es necesario superar los intereses particulares y sectoriales, para afrontar juntos y unidos las dificultades en todos los ámbitos de la sociedad, especialmente en el mundo del trabajo. Esto es más urgente que nunca; las dificultades que apesadumbran el mundo del trabajo impulsan a una concertación efectiva y más estrecha entre los múltiples y diversos componentes de la sociedad".
"Espero -añadió- que de la actual crisis mundial nazca la voluntad común de crear una nueva cultura de la solidaridad y de la participación responsable, condiciones indispensables para construir juntos el futuro de nuestro planeta".
El Papa concluyó manifestando el deseo de que el sexagésimo aniversario de la fundación de la CISL "sea un motivo para renovar el entusiasmo de los comienzos y para volver a descubrir aún más vuestro carisma original. El mundo tiene necesidad de personas que se dediquen con desinterés a la causa del trabajo, respetando plenamente la dignidad humana y el bien común".
AC/TRABAJO:CRISIS ECONOMICA/CISL VIS 20090202 (460)
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