CIUDAD DEL VATICANO, 17 ENE 2009 (VIS).-A las 20,00, hora de México, se transmitió un videomensaje del Santo Padre a los participantes en el VI Encuentro Mundial de las Familias (14-18 de enero), cuyo tema es: "La familia formadora en los valores humanos y cristianos". El evento festivo y de testimonio ofrecido por algunas familias cristianas de todo el mundo, se celebró en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.
El tema de este encuentro mundial, afirmó el Papa, recuerda que "el ambiente doméstico es una escuela de humanidad y de vida cristiana para todos sus miembros, con consecuencias beneficiosas para las personas, la Iglesia y la sociedad. En efecto, el hogar está llamado a vivir y cultivar el amor recíproco y la verdad, el respeto y la justicia, la lealtad y la colaboración, el servicio y la disponibilidad para con los demás, especialmente para con los más débiles. El hogar cristiano (…) ha de estar impregnado de la presencia de Dios, poniendo en sus manos el acontecer cotidiano y pidiendo su ayuda para cumplir adecuadamente su imprescindible misión".
"Para ello -continuó- es de suma importancia la oración en familia en los momentos más adecuados y significativos. (…) El Maestro está ciertamente con la familia que escucha y medita la Palabra de Dios, que aprende de Él lo más importante en la vida y pone en práctica sus enseñanzas. De este modo, se transforma y se mejora gradualmente la vida personal y familiar, se enriquece el diálogo, se transmite la fe a los hijos, se acrecienta el gusto de estar juntos y el hogar se une y consolida más, como una casa construida sobre roca".
Benedicto XVI subrayó que "con la fuerza que brota de la oración, la familia se transforma en una comunidad de discípulos y misioneros de Cristo. (…) Viviendo la confianza y la obediencia filial a Dios, la fidelidad y la acogida generosa de los hijos, el cuidado de los más débiles y la prontitud para perdonar, se convierte en un Evangelio vivo, que todos pueden leer". Además, la familia debe "llevar también su testimonio de vida y su explícita profesión de fe a los diversos ámbitos de su entorno, como la escuela y las diversas asociaciones, así como comprometerse en la formación catequética de sus hijos y las actividades pastorales de su comunidad parroquial, especialmente aquellas relacionadas con la preparación al matrimonio o dirigidas específicamente a la vida familiar".
"Por su función social esencial, la familia tiene derecho a ser reconocida en su propia identidad y a no ser confundida con otras formas de convivencia, así como a poder contar con la debida protección cultural, jurídica, económica, social, sanitaria y, muy particularmente, con un apoyo que, teniendo en cuenta el número de los hijos y los recursos económicos disponibles, sea suficiente para permitir la libertad de educación y de elección de la escuela".
El Santo Padre concluyó haciendo hincapié en la necesidad de "desarrollar una cultura y una política de la familia, que sean impulsadas también de manera organizada por las familias mismas". En este sentido las animó "a unirse a las asociaciones que promueven la identidad y los derechos de la familia, según una visión antropológica coherente con el Evangelio" e invitó "a dichas asociaciones a coordinarse y a colaborar entre ellas para que su actividad sea más incisiva".
MESS/FAMILIA/MEXICO VIS 20090119 (570)
El tema de este encuentro mundial, afirmó el Papa, recuerda que "el ambiente doméstico es una escuela de humanidad y de vida cristiana para todos sus miembros, con consecuencias beneficiosas para las personas, la Iglesia y la sociedad. En efecto, el hogar está llamado a vivir y cultivar el amor recíproco y la verdad, el respeto y la justicia, la lealtad y la colaboración, el servicio y la disponibilidad para con los demás, especialmente para con los más débiles. El hogar cristiano (…) ha de estar impregnado de la presencia de Dios, poniendo en sus manos el acontecer cotidiano y pidiendo su ayuda para cumplir adecuadamente su imprescindible misión".
"Para ello -continuó- es de suma importancia la oración en familia en los momentos más adecuados y significativos. (…) El Maestro está ciertamente con la familia que escucha y medita la Palabra de Dios, que aprende de Él lo más importante en la vida y pone en práctica sus enseñanzas. De este modo, se transforma y se mejora gradualmente la vida personal y familiar, se enriquece el diálogo, se transmite la fe a los hijos, se acrecienta el gusto de estar juntos y el hogar se une y consolida más, como una casa construida sobre roca".
Benedicto XVI subrayó que "con la fuerza que brota de la oración, la familia se transforma en una comunidad de discípulos y misioneros de Cristo. (…) Viviendo la confianza y la obediencia filial a Dios, la fidelidad y la acogida generosa de los hijos, el cuidado de los más débiles y la prontitud para perdonar, se convierte en un Evangelio vivo, que todos pueden leer". Además, la familia debe "llevar también su testimonio de vida y su explícita profesión de fe a los diversos ámbitos de su entorno, como la escuela y las diversas asociaciones, así como comprometerse en la formación catequética de sus hijos y las actividades pastorales de su comunidad parroquial, especialmente aquellas relacionadas con la preparación al matrimonio o dirigidas específicamente a la vida familiar".
"Por su función social esencial, la familia tiene derecho a ser reconocida en su propia identidad y a no ser confundida con otras formas de convivencia, así como a poder contar con la debida protección cultural, jurídica, económica, social, sanitaria y, muy particularmente, con un apoyo que, teniendo en cuenta el número de los hijos y los recursos económicos disponibles, sea suficiente para permitir la libertad de educación y de elección de la escuela".
El Santo Padre concluyó haciendo hincapié en la necesidad de "desarrollar una cultura y una política de la familia, que sean impulsadas también de manera organizada por las familias mismas". En este sentido las animó "a unirse a las asociaciones que promueven la identidad y los derechos de la familia, según una visión antropológica coherente con el Evangelio" e invitó "a dichas asociaciones a coordinarse y a colaborar entre ellas para que su actividad sea más incisiva".
MESS/FAMILIA/MEXICO VIS 20090119 (570)
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