CIUDAD DEL VATICANO, 18 MAY 2008 (VIS).-A las 16,30, el Papa presidió la celebración eucarística en la Plaza de la Victoria de Génova, a la que asistieron 40.000 personas.
Comentando las lecturas de la misa en la solemnidad de la Santísima Trinidad, Benedicto XVI afirmó que en este día estamos llamados "a contemplar al Señor, que nos invita a subir en un cierto sentido "al monte", como hizo Moisés. Aunque en principio pudiera parecer que nos aleja del mundo y de sus problemas, en realidad descubrimos que precisamente al conocer a Dios de cerca recibimos indicaciones practicas preciosas para la vida".
"El ser humano -dijo- no se realiza en una autonomía absoluta, creyéndose que es Dios, sino al contrario, reconociendo que es hijo, criatura abierta, dirigida a Dios y a los hermanos, en los que encuentra la imagen del Padre común".
El Papa subrayó que "este concepto de Dios y del ser humano se encuentra en la base de un modelo correspondiente de comunidad humana, y por tanto de sociedad. Es un modelo que precede a toda reglamentación normativa, jurídica, institucional, incluso a las diversas características culturales. Un modelo de familia humana transversal a todas las civilizaciones, que nosotros cristianos expresamos normalmente desde niños afirmando que los seres humanos son todos hijos de Dios y por tanto, hermanos".
"En una sociedad que se halla entre la globalización y el individualismo, la Iglesia está llamada a ofrecer el testimonio de la "koinonia", de la comunión. Esta realidad no viene "de abajo", sino que es un misterio que tiene, por decir así, "la raíces en el cielo": precisamente en Dios uno y trino".
Benedicto XVI exhortó a los fieles a cuidar "la formación espiritual y catequística, una formación "sustanciosa", más necesaria que nunca para vivir bien la vocación cristiana en el mundo de hoy". Dirigiéndose a los adultos y a los jóvenes, les pidió que cultivasen "una fe pensada, capaz de dialogar en profundidad con todos, con los hermanos no católicos, con los no cristianos y los no creyentes".
"Animo con afecto especial a los seminaristas y a los jóvenes comprometidos en un camino vocacional: No tengáis miedo; es más, sentid la atracción de las elecciones definitivas, de un itinerario formativo serio y exigente".
El Papa concluyó exhortando a la Iglesia de Génova a estar "unida y a ser misionera, para anunciar a todos la alegría de la fe y la hermosura de ser Familia de Dios. (...) Mirad al futuro con confianza y tratad de construirlo juntos, evitando roces y divisiones".
Concluida la misa, el Santo Padre se dirigió al aeropuerto Cristóbal Colón de Génova-Sestri, donde tomó el avión de regreso a Roma.
PV-ITALIA/MISA/GENOVA VIS 20080519 (460)
Comentando las lecturas de la misa en la solemnidad de la Santísima Trinidad, Benedicto XVI afirmó que en este día estamos llamados "a contemplar al Señor, que nos invita a subir en un cierto sentido "al monte", como hizo Moisés. Aunque en principio pudiera parecer que nos aleja del mundo y de sus problemas, en realidad descubrimos que precisamente al conocer a Dios de cerca recibimos indicaciones practicas preciosas para la vida".
"El ser humano -dijo- no se realiza en una autonomía absoluta, creyéndose que es Dios, sino al contrario, reconociendo que es hijo, criatura abierta, dirigida a Dios y a los hermanos, en los que encuentra la imagen del Padre común".
El Papa subrayó que "este concepto de Dios y del ser humano se encuentra en la base de un modelo correspondiente de comunidad humana, y por tanto de sociedad. Es un modelo que precede a toda reglamentación normativa, jurídica, institucional, incluso a las diversas características culturales. Un modelo de familia humana transversal a todas las civilizaciones, que nosotros cristianos expresamos normalmente desde niños afirmando que los seres humanos son todos hijos de Dios y por tanto, hermanos".
"En una sociedad que se halla entre la globalización y el individualismo, la Iglesia está llamada a ofrecer el testimonio de la "koinonia", de la comunión. Esta realidad no viene "de abajo", sino que es un misterio que tiene, por decir así, "la raíces en el cielo": precisamente en Dios uno y trino".
Benedicto XVI exhortó a los fieles a cuidar "la formación espiritual y catequística, una formación "sustanciosa", más necesaria que nunca para vivir bien la vocación cristiana en el mundo de hoy". Dirigiéndose a los adultos y a los jóvenes, les pidió que cultivasen "una fe pensada, capaz de dialogar en profundidad con todos, con los hermanos no católicos, con los no cristianos y los no creyentes".
"Animo con afecto especial a los seminaristas y a los jóvenes comprometidos en un camino vocacional: No tengáis miedo; es más, sentid la atracción de las elecciones definitivas, de un itinerario formativo serio y exigente".
El Papa concluyó exhortando a la Iglesia de Génova a estar "unida y a ser misionera, para anunciar a todos la alegría de la fe y la hermosura de ser Familia de Dios. (...) Mirad al futuro con confianza y tratad de construirlo juntos, evitando roces y divisiones".
Concluida la misa, el Santo Padre se dirigió al aeropuerto Cristóbal Colón de Génova-Sestri, donde tomó el avión de regreso a Roma.
PV-ITALIA/MISA/GENOVA VIS 20080519 (460)
No hay comentarios:
Publicar un comentario