CIUDAD DEL VATICANO, 17 MAY 2008 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy en el Vaticano a 150 representantes de las Obras Misioneras Pontificias, organismo al servicio del Papa y de los obispos "para realizar el mandato misionero de evangelizar a las gentes hasta los extremos confines de la tierra", que celebran en estos días su asamblea plenaria.
Después de saludar al cardenal Ivan Dias, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Papa dijo que las Obras Misioneras Pontificias habían sido "un instrumento inapreciable" para sus predecesores, que "las elevaron al rango de pontificias, recomendando a los obispos que las instituyeran en sus diócesis", y recordó que el Concilio Vaticano II "analizó en profundidad la naturaleza y la misión de la Iglesia particular, reconociendo su plena dignidad y su responsabilidad misionera".
"La misión es un deber de todas las Iglesias que, como vasos comunicantes comparten personas y recursos para realizarla. (...) Es una misión de comunión. A los gérmenes de disgregación tan radicada en la humanidad a causa del pecado, como demuestra la experiencia, la Iglesia local contrapone la fuerza generadora de la unidad del Cuerpo de Cristo".
Las Obras Misioneras Pontificias, "gracias a la reflexión que han llevado a cabo en estas décadas -observó el Santo Padre-, se han insertado en el contexto de los nuevos paradigmas de evangelización y del modelo eclesiológico de comunión entre las Iglesias. Está claro que son pontificias, pero por derecho son también episcopales, en cuanto instrumentos en las manos de los obispos para cumplir el mandato misionero de Cristo".
Cuando la Iglesia se prepara a conmemorar los dos mil años del nacimiento de San Pablo, Benedicto XVI afirmó que el apóstol "comprendió en el camino de Damasco y experimentó más tarde durante su ministerio que la redención y la misión son actos de amor. El amor de Cristo lo empuja a recorrer las sendas del imperio romano y a ser heraldo (...) del Evangelio. (...) El amor debe empujarnos a anunciar con franqueza y valor a todos los seres humanos la verdad que salva. (...) Los seres humanos esperan a Cristo".
"Las palabras de Jesús "Id y enseñad a todas las naciones" (...) -concluyó el pontífice- constituyen también hoy un mandato obligatorio para toda la Iglesia y para cada uno de los fieles de Cristo. Este compromiso apostólico es un deber y al mismo tiempo un derecho irrenunciable, manifestación propia de la libertad religiosa, que tiene una correspondiente dimensión ético-social y ético-política. Las Obras Misioneras Pontificias deben hacer que la "Missio ad Gentes", sea el paradigma de toda la actividad pastoral".
AC/MISION/OBRAS MISIONERAS PONTIFICIAS VIS 20080519 (440)
Después de saludar al cardenal Ivan Dias, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Papa dijo que las Obras Misioneras Pontificias habían sido "un instrumento inapreciable" para sus predecesores, que "las elevaron al rango de pontificias, recomendando a los obispos que las instituyeran en sus diócesis", y recordó que el Concilio Vaticano II "analizó en profundidad la naturaleza y la misión de la Iglesia particular, reconociendo su plena dignidad y su responsabilidad misionera".
"La misión es un deber de todas las Iglesias que, como vasos comunicantes comparten personas y recursos para realizarla. (...) Es una misión de comunión. A los gérmenes de disgregación tan radicada en la humanidad a causa del pecado, como demuestra la experiencia, la Iglesia local contrapone la fuerza generadora de la unidad del Cuerpo de Cristo".
Las Obras Misioneras Pontificias, "gracias a la reflexión que han llevado a cabo en estas décadas -observó el Santo Padre-, se han insertado en el contexto de los nuevos paradigmas de evangelización y del modelo eclesiológico de comunión entre las Iglesias. Está claro que son pontificias, pero por derecho son también episcopales, en cuanto instrumentos en las manos de los obispos para cumplir el mandato misionero de Cristo".
Cuando la Iglesia se prepara a conmemorar los dos mil años del nacimiento de San Pablo, Benedicto XVI afirmó que el apóstol "comprendió en el camino de Damasco y experimentó más tarde durante su ministerio que la redención y la misión son actos de amor. El amor de Cristo lo empuja a recorrer las sendas del imperio romano y a ser heraldo (...) del Evangelio. (...) El amor debe empujarnos a anunciar con franqueza y valor a todos los seres humanos la verdad que salva. (...) Los seres humanos esperan a Cristo".
"Las palabras de Jesús "Id y enseñad a todas las naciones" (...) -concluyó el pontífice- constituyen también hoy un mandato obligatorio para toda la Iglesia y para cada uno de los fieles de Cristo. Este compromiso apostólico es un deber y al mismo tiempo un derecho irrenunciable, manifestación propia de la libertad religiosa, que tiene una correspondiente dimensión ético-social y ético-política. Las Obras Misioneras Pontificias deben hacer que la "Missio ad Gentes", sea el paradigma de toda la actividad pastoral".
AC/MISION/OBRAS MISIONERAS PONTIFICIAS VIS 20080519 (440)
No hay comentarios:
Publicar un comentario