CIUDAD DEL VATICANO, 16 MAY 2008 (VIS).-El Santo Padre recibió hoy a los prelados de la Conferencia Episcopal de Tailandia que acaban de realizar su visita "ad limina".
El Santo Padre afirmó que la misión evangelizadora de la pequeña comunidad católica "se enmarca en el contexto de las relaciones, sobre todo con los budistas. De hecho, me habéis expresado de buena voluntad vuestro gran respeto por los monasterios budistas y la estima que nutrís por su contribución a la vida social y cultural del pueblo tailandés".
"La coexistencia de las diferentes comunidades religiosas se desarrolla en el escenario de la globalización". Si por un lado, dijo, "el crecimiento de los vínculos económicos y culturales aumenta el sentido de solidaridad global y de responsabilidad compartida", por otro, existen "signos preocupantes de una fragmentación y un cierto individualismo (...) que marginan lo trascendente y el sentido de lo sagrado y eclipsan la fuente de la armonía y la unidad en el universo".
Benedicto XVI subrayó que "los aspectos negativos de este fenómeno cultural, que causan consternación a vosotros y a otros líderes religiosos en vuestro país, ponen de manifiesto la importancia de la cooperación interreligiosa". Por eso, animó a los obispos a promover, junto con los budistas, "el entendimiento recíproco sobre la transmisión de las tradiciones a las generaciones futuras, la afirmación de los valores éticos perceptibles por la razón, el respeto por lo trascendente, la oración y la contemplación".
Tras afirmar que la efusión del Espíritu Santo es "un don y una tarea: (...) la presentación de Cristo y de su amor al mundo", el Papa señaló que en Tailandia, "ese don se encuentra en particular en los hospitales y en las obras sociales de la Iglesia, así como en las escuelas".
El Papa afirmó que las escuelas e institutos, además de formar intelectualmente a los jóvenes, podrían contribuir a su educación espiritual y moral. En este sentido, alentó a los numerosos religiosos y religiosas que "prestan su servicio con diligencia en los colegios católicos de las diócesis, cuyo papel principal no debe ser el de la administración sino el de la misión. (...) Es muy importante que los religiosos permanezcan unidos a los estudiantes y a sus familias, especialmente mediante las clases de Catecismo para los católicos y otras personas interesadas, y a través de la formación moral y la atención espiritual de todos en la escuela". También pidió a las Congregaciones que los colegios "sean cada vez más accesibles a los pobres, que tan a menudo desean el abrazo fiel de Cristo".
Refiriéndose al servicio de los catequistas, el Santo Padre dijo que esta tarea no es exclusiva de ellos, ya que la misión de los sacerdotes es precisamente "anunciar la palabra divina a todos y predicar y enseñar".
Benedicto XVI expresó su aprecio por "los esfuerzos de toda la comunidad católica de Tailandia en sostener la dignidad de toda vida humana, especialmente la más vulnerable. Algo que os preocupa de modo particular -continuó- es el flagelo del tráfico de mujeres y niños, y la prostitución. Sin duda, la pobreza es un factor que está en la base de este fenómeno y en este sentido sé que se ha hecho mucho gracias a los programas de desarrollo de la Iglesia".
"Hay otro aspecto que hay que reconocer y hacer frente conjuntamente para contrarrestar con eficacia esta aborrecible explotación humana. Me refiero a la banalización de la sexualidad en los medios de comunicación y en el mundo del espectáculo que alimentan el declino de los valores morales y conducen -terminó- a la degradación de la mujer, a debilitar la fidelidad matrimonial y al abuso de los niños".
AL/.../TAILANDIA VIS 20080516 (600)
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