CIUDAD DEL VATICANO, 20 JUN 2007 (VIS).-Ayer a las 17,00, en el altar de la cátedra de la basílica vaticana, el Santo Padre presidió el funeral por el cardenal Angelo Felici, prefecto emérito de la Congregación para las Causas de los Santos y presidente emérito de la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei", fallecido el domingo 17 de junio a los 87 años.
En la homilía, Benedicto XVI recordó lo que el Siervo de Dios Juan Pablo II escribió al cardenal Felici con ocasión del 50 aniversario de sacerdocio y el 25 aniversario de episcopado. "Su ministerio episcopal -afirmaba el Papa- estuvo dedicado por completo al bien de los fieles, a la misión benéfica de los Romanos Pontífices y de la Sede Apostólica".
"Hoy queremos dar gracias al Señor -continuó- por la abundante mies de frutos apostólicos que, con la ayuda de la gracia divina, pudo recoger en los diversos ámbitos de su iluminada y preciosa actividad pastoral y diplomática". El difunto purpurado trabajó en la secretaría de Estado y fue pro-nuncio apostólico en los Países Bajos y representante pontificio en Portugal y en Francia antes de ser nombrado prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y presidente de la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei".
El Santo Padre afirmó que entre las cartas que conservaba el cardenal Felici hay una estampa de la Virgen "Mater Salvatoris, venerada en la Capilla del Pontificio Colegio Leoniano -donde estudió de joven- que detrás lleva esta invocación: "In Te, o Signore, ho sperato, e nella tua Santissima Madre; che io non sia confuso in eterno". ¡Cuántas veces habrá repetido las palabras de esta oración, escrita de su puño y letra en previsión de su muerte! Podemos considerarla como el testamento espiritual que nos deja: palabras que, mejor que cualquier otra consideración, hoy nos ayudan a reflexionar y a rezar".
HML/FUNERAL/FELICI VIS 20070620 (320)
En la homilía, Benedicto XVI recordó lo que el Siervo de Dios Juan Pablo II escribió al cardenal Felici con ocasión del 50 aniversario de sacerdocio y el 25 aniversario de episcopado. "Su ministerio episcopal -afirmaba el Papa- estuvo dedicado por completo al bien de los fieles, a la misión benéfica de los Romanos Pontífices y de la Sede Apostólica".
"Hoy queremos dar gracias al Señor -continuó- por la abundante mies de frutos apostólicos que, con la ayuda de la gracia divina, pudo recoger en los diversos ámbitos de su iluminada y preciosa actividad pastoral y diplomática". El difunto purpurado trabajó en la secretaría de Estado y fue pro-nuncio apostólico en los Países Bajos y representante pontificio en Portugal y en Francia antes de ser nombrado prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y presidente de la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei".
El Santo Padre afirmó que entre las cartas que conservaba el cardenal Felici hay una estampa de la Virgen "Mater Salvatoris, venerada en la Capilla del Pontificio Colegio Leoniano -donde estudió de joven- que detrás lleva esta invocación: "In Te, o Signore, ho sperato, e nella tua Santissima Madre; che io non sia confuso in eterno". ¡Cuántas veces habrá repetido las palabras de esta oración, escrita de su puño y letra en previsión de su muerte! Podemos considerarla como el testamento espiritual que nos deja: palabras que, mejor que cualquier otra consideración, hoy nos ayudan a reflexionar y a rezar".
HML/FUNERAL/FELICI VIS 20070620 (320)
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