CIUDAD DEL VATICANO, 9 FEB 2004 (VIS).-Juan Pablo II recibió hoy a las participantes en el IX Capítulo General de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida, encabezadas por la Madre Tekla Famiglietti, que acaba de ser confirmada abadesa general otros seis años.
Tras recordar el tema de la asamblea, "Volver a las raíces… para una renovación de la vida religiosa", el Papa dijo que "toda renovación auténtica requiere recuperar sabiamente el espíritu de los orígenes, de modo que el carisma fundacional se traduzca en decisiones apostólicas conformes a las exigencias de los tiempos. Para esto, fieles a la peculiar vocación monástica que caracteriza a la familia de Santa Brígida, os habéis preocupado por hacer hincapié en el primado absoluto que Dios debe ocupar en la existencia de cada una de vosotras y de vuestras comunidades. Estáis llamadas a ser sobre todo 'especialistas del espíritu', almas llenas de fuego de amor divino, contemplativas y dedicadas constantemente a la oración".
"Sólo siendo 'especialistas del espíritu', como Santa Brígida -continuó-, podréis encarnar fielmente en nuestra época el carisma de firmeza evangélica y de unidad, heredado por la beata Elisabeth Hesselblad. A través de la hospitalidad y la acogida que ofrecéis en vuestras casas, podréis dar testimonio del amor misericordioso de Dios hacia todos los seres humanos y el anhelo de la unidad que Cristo ha dejado a sus discípulos".
El Santo Padre pidió a las religiosas que fuesen en todas partes "constructoras incansables del 'gran ecumenismo de la santidad'. Vuestra actividad ecuménica -terminó- es especialmente apreciada porque se lleva a cabo en naciones del norte de Europa, donde hay pocos católicos y es importante promover el diálogo con los hermanos de otras confesiones cristianas".
AC/ECUMENISMO/ORDEN SANTA BRIGIDA VIS 20040209 (290)
Tras recordar el tema de la asamblea, "Volver a las raíces… para una renovación de la vida religiosa", el Papa dijo que "toda renovación auténtica requiere recuperar sabiamente el espíritu de los orígenes, de modo que el carisma fundacional se traduzca en decisiones apostólicas conformes a las exigencias de los tiempos. Para esto, fieles a la peculiar vocación monástica que caracteriza a la familia de Santa Brígida, os habéis preocupado por hacer hincapié en el primado absoluto que Dios debe ocupar en la existencia de cada una de vosotras y de vuestras comunidades. Estáis llamadas a ser sobre todo 'especialistas del espíritu', almas llenas de fuego de amor divino, contemplativas y dedicadas constantemente a la oración".
"Sólo siendo 'especialistas del espíritu', como Santa Brígida -continuó-, podréis encarnar fielmente en nuestra época el carisma de firmeza evangélica y de unidad, heredado por la beata Elisabeth Hesselblad. A través de la hospitalidad y la acogida que ofrecéis en vuestras casas, podréis dar testimonio del amor misericordioso de Dios hacia todos los seres humanos y el anhelo de la unidad que Cristo ha dejado a sus discípulos".
El Santo Padre pidió a las religiosas que fuesen en todas partes "constructoras incansables del 'gran ecumenismo de la santidad'. Vuestra actividad ecuménica -terminó- es especialmente apreciada porque se lleva a cabo en naciones del norte de Europa, donde hay pocos católicos y es importante promover el diálogo con los hermanos de otras confesiones cristianas".
AC/ECUMENISMO/ORDEN SANTA BRIGIDA VIS 20040209 (290)
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