CIUDAD DEL VATICANO, 4 DIC 2003 (VIS).-Ayer por la tarde se hizo público un Quirógrafo del Santo Padre por el centenario del motu proprio "Tra le sollecitudini", emanado por San Pío X y cuyo fin era la renovación de la música sacra en las funciones de culto.
En el mensaje, fechado el 22 de noviembre, memoria de Santa Cecilia, patrona de la música, el Papa pone de relieve que "la música destinada a los sacros ritos debe tener como punto de referencia la santidad" y subraya que "no todas las formas musicales pueden ser consideradas adecuadas para las celebraciones litúrgicas".
Refiriéndose al canto y a la música, Juan Pablo II afirma: "Deben responder a legítimas exigencias de adaptación e inculturación. Sin embargo, está claro que toda innovación en esta delicada materia debe respetar peculiares criterios, como la búsqueda de expresiones musicales que respondan a la necesaria participación de toda la asamblea en la celebración y que eviten, al mismo tiempo, que se ceda a la ligereza y a la superficialidad".
"El sacro ámbito de la celebración litúrgica -continúa- nunca debe convertirse en un laboratorio de experimentaciones o de prácticas de composición y ejecución introducidas sin una atenta verificación".
El Santo Padre señala que "entre las expresiones musicales que mayormente responden a las cualidades de la noción de música sacra, especialmente la litúrgica, ocupa un puesto particular el canto gregoriano. El Concilio Vaticano II lo reconoce como 'canto proprio de la liturgia romana', al que es necesario reservar el primer lugar en las acciones litúrgicas con canto celebradas en lengua latina. (…) El canto gregoriano sigue siendo por tanto un elemento de unidad en la liturgia romana".
El Papa pide también que se promuevan las escuelas de canto, que tienen "un papel de guía y de apoyo en la asamblea, y en algunos momentos de la liturgia, un cometido específico proprio. (…) Por eso, el aspecto musical de las celebraciones litúrgicas no puede dejarse a la improvisación ni al arbitrio de las personas, sino que debe responder a las normas y a las competencias, como fruto significativo de una formación litúrgica adecuada".
"Como la Iglesia -añade- siempre ha reconocido y favorecido el progreso del arte, no debe extrañar que además del canto gregoriano y la polifonía, también admita en las celebraciones la música moderna, siempre que respete tanto el espíritu litúrgico como los verdaderos valores del arte".
Juan Pablo II pide a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos que preste una mayor atención al sector de la música sacra litúrgica. (…) Es importante que las composiciones musicales utilizadas en las celebraciones litúrgicas respondan a los criterios oportunamente enunciados por San Pío X y sapientemente desarrollados tanto por el Concilio Vaticano II como por el sucesivo magisterio de la Iglesia". En este sentido, el Papa exhorta a las conferencias episcopales a examinar los textos de canto litúrgico y a "prestar una atención especial al valorar y promover melodías que sean verdaderamente apropiadas al uso sacro".
Al final del mensaje, el Santo Padre recuerda que el motu proprio afronta el tema de los instrumentos musicales que hay que usar en la liturgia latina, entre los que prevalece el órgano. Sin embargo, termina, "hay que estar atentos para que los instrumentos se acomoden al uso sacro, a la dignidad del templo y sean capaces de sostener el canto de los fieles y favorecer su edificación".
MESS/MUSICA SACRA/PIO X VIS20041204 (580)
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