CIUDAD DEL VATICANO, 4 DIC 2003 (VIS).-Juan Pablo II ha escrito un mensaje a los cardenales ucranianos Lubomyr Husar, arzobispo mayor de Lviv de los Ucranianos, y Marian Jaworsky, arzobispo de Lviv de los Latinos, con motivo del LXX aniversario del 'Holodomor', (la hambruna), nombre que se da en Ucrania a la tremenda carestía desencadenada por la política de Stalin en esa nación entre 1932 y 1933.
El régimen soviético decretó la requisición de toda la producción agraria y los géneros alimentarios para imponer en el país, eminentemente agrícola, la política de la colectivización. Esta medida provocó la desaparición de enteras poblaciones y los muertos, aunque si el régimen ocultó los datos, se cifran en millones de personas.
Con su mensaje, escrito en ucraniano, el Papa ha querido, según explica la nota que lo acompaña, "unirse espiritualmente a todos los que en Ucrania recuerdan a las víctimas de esta tragedia, invitando a las jóvenes generaciones a recordar los hechos pasados para que no se repitan sufrimientos como aquellos".
"El recuerdo del pasado -escribe el Santo Padre- adquiere una valencia que traspasa las fronteras de una nación alcanzando a los otros pueblos, que han sido víctimas de elementos igualmente funestos y pueden sentires confortados al compartirlos (…) Las celebraciones previstas (…) no van en contra de otras naciones, pretenden por el contrario reavivar en el ánimo de cada uno el sentido de la dignidad de toda persona, cualquiera que sea el pueblo al que pertenezca (…)La conciencia de las aberraciones pasadas se traduce en un estímulo constante para construir un porvenir más a medida del ser humano, en contraste con toda ideología que profane la vida (…) y las justas aspiraciones del ser humano".
"La experiencia de aquella tragedia -prosigue- debe guiar hoy el sentir y el actuar del pueblo ucraniano hacia perspectivas de concordia y cooperación. Desgraciadamente, la ideología comunista ha contribuido a ahondar las divisiones en el ámbito de la vida social y religiosa. Es necesario comprometerse en una pacificación sincera y activa. (…) Al sentimiento de cristiano sufragio por todos los que murieron (…) se debe acompañar la voluntad de edificar una sociedad donde el bien común (…) y el derecho de las gentes sean guías constantes ".
"Alcanzar este noble propósito depende en primer lugar de los ucranianos a quienes se ha confiado la custodia de la herencia cristiana oriental y occidental y la responsabilidad de convertirla en síntesis de cultura y civilización. En esto reside la aportación específica que Ucrania está llamada a ofrecer a la construcción de esa 'casa común europea' en la que cada pueblo se encuentre acogido en el respeto de los valores de la identidad propia".
MESS/HOLODOMOR/HUSAR:JAWORSKY VIS 20031204 (450)
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