CIUDAD DEL VATICANO, 3 FEB 2003 (VIS) - Se ha presentado hoy en la Oficina de Prensa de la Santa Sede el documento "Jesucristo, portador de agua viva. Una reflexión cristiana sobre la 'New Age'", elaborado por el Pontificio Consejo para la Cultura y por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.
El cardenal Paul Poupard, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura y el arzobispo Michael Fitzgerald, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, presidieron la conferencia de prensa. Participaron en el acto don Peter Fleetwood, del Secretariado del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas y Teresa Osorio Gonçalves , oficial del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, responsables del documento.
El cardenal Poupard, citando un reciente editorial por él escrito afirmó: "El fenómeno de la New Age, junto a tantos otros nuevos movimientos religiosos, es uno de los retos más urgentes para la fe cristiana. Se trata de un reto religioso y al mismo tiempo de un reto cultural: la New Age propone teorías y doctrinas sobre Dios, sobre el ser humano y el mundo, incompatibles con la fe cristiana. Además la New Age es a la vez el síntoma de una cultura en crisis profunda y una respuesta equivocada a esta situación de crisis cultural: a sus inquietudes y preguntas, a sus aspiraciones y esperanzas".
El prelado subrayó que el documento presentado hoy analiza este fenómeno y ofrece una reflexión cristiana sobre el mismo. "Hoy la cultura occidental -prosiguió- seguida por otras muchas culturas, ha pasado de un sentido de la presencia de Dios casi instintivo a lo que se llama a menudo una visión más 'científica' de la realidad". Para ello hay numerosas razones, entre ellas el paso de las formas tradicionales de religión a expresiones más personales e individuales de lo que se llama 'espiritualidad'.
"Parece haber tres motivos diversos en el origen de ese cambio. El primero reside en la sensación de que las religiones tradicionales o institucionales no pueden dar lo que una vez se afirmaba que ofrecían". Otra razón es que "una de las elaboraciones más significativas en lo que podría llamarse esfera 'espiritual' en el siglo pasado ha sido un regreso a las formas precristianas de religión".
"El tercer motivo en el origen de un desencanto bastante difuso frente a la religión institucional se deriva de una creciente obsesión de la cultura occidental por las religiones orientales y los caminos de la sabiduría (...) La convicción creciente de que existe una determinada verdad de fondo, un núcleo de identidad en el corazón de toda experiencia religiosa ha llevado a la idea de que uno pueda y deba apropiarse de los elementos característicos de las diversas religiones para llegar a una forma universal de religión".
El cardenal reiteró cuanto afirma el primer capítulo del texto: "El documento guía a aquellos que se dedican a la pastoral en la comprensión y en la respuesta a la espiritualidad de la New Age, tanto explicando los puntos en que esta espiritualidad entra en contraste con la fe católica como rechazando las posiciones expuestas por los pensadores de la New Age en oposición a la fe cristiana".
Después subrayó otro punto del primer capítulo: "El inicio del tercer milenio no tiene lugar solamente dos mil años después del nacimiento de Jesús, sino también en un momento en que los astrólogos creen que la Era de Piscis, para ellos la era cristiana, llega al final. El movimiento New Age toma el nombre de la inminente era astrológica de Acuario. La New Age es una de las numerosas explicaciones del significado de este momento histórico que bombardean la cultura contemporánea (en particular la occidental) y es difícil individuar con claridad cuanto sea coherente o menos con el mensaje cristiano".
Por su parte el arzobispo Fitzgerald explicó que el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso estaba interesado en esta materia por razones históricas y de competencia. "El estudio de formas alternativas de religión -dijo- es compartido por tres dicasterios, incluyendo el nuestro. Proseguimos con esta colaboración de la que fue fruto el documento sobre las Sectas o los Nuevos Movimientos Religiosos de 1986".
El arzobispo afirmó que el documento reconoce un "verdadero sentido religioso en las personas influídas por la New Age", pero subrayó al mismo tiempo que "es necesario llevar a cabo una distinción cuando se habla de diálogo. Una forma de diálogo es el que se efectúa con los que adhieren a religiones constituidas y comprende el encuentro y la comprensión recíproca, la colaboración en favor de la paz y el desarrollo, el intercambio sobre valores espirituales comunes. Otra forma consiste en acompañar al individuo en su búsqueda".
Monseñor Fitzgerald habló a continuación de la estructura del documento que comprende un prólogo y nueve capítulos: 1. Qué tipo de Reflexión; 2. Panor mica de la espiritualidad de la New Age; 3. New Age y Espiritualidad Cristiana; 4. New Age y Fe Cristiana, frente a frente; 5. Jesucristo nos ofrece el Agua de la Vida; 6. Puntos dignos de nota; 7. Apéndice; 8. Fuentes; 9. Bibliografía General.
OP;NEW AGE;...;POUPARD; FITZGERALD;VIS;20030203;840;
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