Ciudad
del Vaticano, 12 de febrero de 2016 (Vis).-El cardenal Leonardo
Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, ha
enviado a los obispos de todo el mundo su carta anual de cara a la
colecta del Viernes Santo en favor de Tierra Santa, ''el Oriente de
nuestra redención'', como escribe en el texto publicado ayer y
fechado el pasado 10 de febrero. ''Allí -prosigue el prelado-están
nuestras raíces, allí nuestro corazón: somos deudores de aquellos
que de allí partieron para llevar la fe al mundo; y deudores de
aquellos que allí han permanecido, pese a los conflictos que siempre
la han martirizado, para testimoniar nuestra fe, para cuidar de las
huellas que –dejadas por Jesús– nos permiten tocar con la mano
la verdad de nuestro credo''.
''Esta
Tierra llama en causa a nuestra caridad. Desde siempre, y hoy con
aumentada urgencia -observa- Porque todas las personas que allí
viven y operan, tienen necesidad de nuestras oraciones y de nuestra
ayuda concreta, para ser sostenidas en su voluntad de aliviar las
heridas, continuando con confianza en el empeño por realizar la
justicia y trabajar por la paz. En este Año jubilar se nos exhorta
más que nunca a demostrar nuestra misericordia y cercanía a
nuestros hermanos de Medio Oriente. Los refugiados, los evacuados,
los ancianos y los niños tienen necesidad de nosotros. En esta
tierra de Oriente la gente muere. Se es víctima de asesinatos y de
raptos, se vive en ansia y angustia por los seres queridos, se sufre
cuando la familia es separada por las emigraciones y los éxodos. Se
experimenta la oscuridad y el miedo del abandono, de la soledad y de
la incomprensión. Es tiempo de pruebas y de retos, es tiempo de
martirio. Y todo esto redobla el deber de ayudar, de hacer frente a
las emergencias, de reconstruir y de encontrar espacios, de crear
nuevos modos y lugares de agregación, de asistencia''.
''No
podemos quedarnos indiferentes. ¡Dios no es indiferente! ¡A Dios le
importa la humanidad, Dios no la abandona!''. Exprésese esto en el
tender la mano para ofrecer generosamente la propia contribución y
no se tenga miedo de continuar las peregrinaciones a los Lugares de
nuestra salvación, incluso procurando visitar en ellos las escuelas
y los centros asistenciales, lugares donde se hacen cercanos a
nosotros los cristianos locales y donde podemos escuchar sus
testimonios. La Colecta de Tierra Santa nos llama a un deber
“antiguo”, que la historia de estos últimos años ha hecho aún
más urgente, pero nos da la alegría de ayudar a nuestros
hermanos''.
La
Colecta en favor de Tierra Santa se destina a Israel, los Territorios
Palestinos, Jordania, Siria, Líbano, Chipre, Egipto, Etiopía e
Eritrea, Turquía, Irán e Irak.
En
un informe, agregado a la carta del cardenal, se da cuenta de las
actividades realizadas en Tierra Santa por la Custodia franciscana
gracias a la colecta de 2015 destinadas tanto a los peregrinos
(restauración de algunos de los Santos Lugares y obras para mejorar
la acogida) como a las comunidades locales (consultorios familiares,
ayuda a empresas artesanales, bolsas de estudio, viviendas que den la
posibilidad a los jóvenes núcleos familiares de permanecer en
Tierra Santa, escuelas, asistencia médica y social).
Entre
las otras obras este año se ha prestado una especial atención a
los cristianos de Líbano y Siria que viven en situación de
extremada necesidad a través del envío de ayuda en metálico para
el sostén de las comunidades locales, la reconstrucción de
infraestructuras y la realización de nuevas obras.
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