Ciudad
del Vaticano, 14 de enero de 2016 (Vis).-Se publica hoy el Mensaje
del Papa Francisco para el Jubileo de la Misericordia de los jóvenes,
que vendrán en peregrinación a Roma del 23 al 25 de abril. En el
texto, fechado el 6 de enero de 2016, Solemnidad de la Epifanía, el
Santo Padre dice a sus destinatarios, -los chicos y chicas entre 13 y
16 años-,que se están preparando ''para ser cristianos capaces de
tomar decisiones y gestos valientes... de construir todos los días,
incluso en las pequeñas cosas, un mundo de paz'' y alienta a los que
viven en situaciones difíciles a no perder la esperanza porque el
Señor tiene para ellos un gran sueño que quiere hacer realidad,
invitándoles también a no creer en las palabras de odio y terror
que se repiten a menudo, sino a construir nuevas amistades.
Sigue
el Mensaje integral:
''Queridos
jóvenes: La Iglesia está viviendo el Año Santo de la Misericordia,
un tiempo de gracia, de paz, de conversión y de alegría que
cocierne a todos: grandes y pequeños, cercanos y lejanos. No hay
fronteras ni distancias que puedan impedir a la misericordia del
Padre llegar a nosotros y hacerse presente entre nosotros. Ahora, la
Puerta Santa ya está abierta en Roma y en todas las diócesis del
mundo.
Este
tiempo precioso también os atañe a vosotros, queridos jóvenes, y
yo me dirijo a vosotros para invitaros a participar en él, a ser
protagonistas, descubriendo que sois hijos de Dios . Quisiera
llamaros uno a uno, quisiera llamaros por vuestro nombre, como hace
Jesús todos los días, porque sabéis bien que vuestros nombres
están escritos en el cielo , están grabados en el corazón del
Padre, que es el Corazón Misericordioso del que nace toda
reconciliación y toda dulzura.
El
Jubileo es todo un año en el que cada momento es llamado santo, para
que toda nuestra existencia sea santa. Es una ocasión para descubrir
que vivir como hermanos es una gran fiesta, la más hermosa que
podamos soñar, la celebración sin fin que Jesús nos ha enseñado a
cantar a través de su Espíritu. El Jubileo es la fiesta a la que
Jesús invita a todos, sin distinciones ni excepciones. Por eso he
querido vivir también con vosotros algunas jornadas de oración y
de fiesta. Por tanto, os espero el próximo mes de abril.
''Crecer
misericordiosos como el Padre'' es el título de vuestro Jubileo,
pero es también la oración que hacemos por todos vosotros,
acogiéndoos en el nombre de Jesús. Crecer misericordioso significa
aprender a ser valiente en el amor concreto y desinteresado, comporta
hacerse mayores tanto física como interiormente. Os estáis
preparando para ser cristianos capaces de tomar decisiones y gestos
valientes, capaces de construir todos los días, incluso en las
pequeñas cosas, un mundo de paz.
Vuestra
edad es una etapa de cambios increíbles, en la que todo parece
posible e imposible al mismo tiempo. Os reitero con insistencia:
''Permaneced estables en el camino de la fe con una firme esperanza
en el Señor. Aquí está el secreto de nuestro camino. Él nos da el
valor para caminar contra corriente. Lo estáis oyendo, jóvenes:
caminar contra corriente. Esto hace bien al corazón, pero hay que
ser valientes para ir contra corriente y él nos da esta fuerza...Con
él podemos hacer cosas grandes y sentiremos el gozo de ser sus
discípulos, sus testigos. Apostad por los grandes ideales, por las
cosas grandes. Los cristianos no hemos sido elegidos por el Señor
para pequeñeces. Hemos de ir siempre más allá, hacia las cosas
grandes. Jóvenes, poned en juego vuestra vida por grandes ideales''.
No
me olvido de vosotros, chicos y chicas que vivís en situaciones de
guerra, de pobreza extrema, de penurias cotidianas, de abandono. No
perdáis la esperanza, el Señor tiene un gran sueño que quiere
hacer realidad con vosotros. Vuestros amigos y compañeros que viven
en condiciones menos dramáticas se acuerdan de vosotros y se
comprometen a que la paz y la justicia lleguen a todos. No creáis a
las palabras de odio y terror que se repiten a menudo; por el
contrario, construid nuevas amistades. Ofreced vuestro tiempo,
preocupaos siempre de quienes os piden ayuda. Sed valientes e id
contracorriente, sed amigos de Jesús, que es el Príncipe de la Paz:
''En él todo habla de misericordia. Nada en él es falto de
compasión''.
Ya
sé que no todos podréis venir a Roma, pero el Jubileo es
verdaderamente para todos y se celebrará también en vuestras
iglesias locales. Todos estáis invitados a este momento de alegría.
No preparéis sólo mochilas y pancartas, preparad especialmente
vuestro corazón y vuestra mente. Meditad bien los deseos que
presentaréis a Jesús en el sacramento de la Reconciliación y de la
Eucaristía que celebraremos juntos. Cuando atraveséis la Puerta
Santa, recordad que os comprometéis a hacer santa vuestra vida, a
alimentaros del Evangelio y la Eucaristía, que son la Palabra y el
Pan de la vida, para poder construir un mundo más justo y fraterno.
Que
el Señor bendiga cada uno de vuestros pasos hacia la Puerta Santa.
Rezo por vosotros al Espíritu Santo para que os guíe e ilumine. Que
la Virgen María, que es Madre de todos, sea para vosotros, para
vuestras familias y para cuantos os ayudan a crecer en la bondad y la
gracia, una verdadera puerta de la Misericordia''.
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