Ciudad
del Vaticano, 1 de diciembre de 2015 (Vis).-El cardenal Pietro
Parolin, Secretario de Estado, intervino ayer en la apertura de la
XXI Conferencia de los Estados Parte en la Convención COP 21 que se
celebra en París (Francia) del 30 de noviembre al 11 de diciembre.
Después de transmitir a todos los participantes el saludo y el
aliento del Papa Francisco para que trabajasen a favor de un éxito
fecundo de la COP-21, el purpurado recordó el discurso del Santo
Padre el pasado jueves, 26 de noviembre, en el Centro las Naciones
Unidas en Nairobi, cuando manifestó el deseo de que la cumbre de
París concluyera ''con la adopción de un acuerdo global y
"transformador", basado en los principios de la
solidaridad, la justicia, la equidad y la participación, orientado a
la consecución de tres objetivos complejos e interdependientes:
mitigar los efectos del cambio climático, luchar contra la pobreza,
hacer que florezca la dignidad de la persona humana''.
A
continuación pasó a enumerar los tres pilares en que se debe
asentar ese acuerdo ''global y transformador''. ''El primer pilar
-dijo- es la adopción de un claro enfoque ético claro, que inspire
los motivos y los fines del Acuerdo de implementar. Sabemos que las
personas más vulnerables al impacto del fenómeno del cambio
climático son los más pobres y las generaciones futuras, que
sufrirán las consecuencias más graves, a menudo sin ser
responsables....Ante la urgencia de una situación que requiere la
cooperación más amplia posible para lograr un plan común, es
importante que este Acuerdo se centre en el reconocimiento tanto del
imperativo ético de actuar en un contexto de solidaridad global,
como de la responsabilidades comunes pero diferenciadas de cada uno,
de acuerdo a sus capacidades y condiciones''.
''El
segundo pilar se refiere al hecho de que el Acuerdo no sólo debe
buscar la manera de ponerlo en práctica, sino también y sobre todo
transmitir señales claras que orienten la conducta de todos los
sujetos interesados comenzando por los gobiernos, pero también de
las autoridades locales, del mundo empresarial, de la comunidad
científica y de la sociedad civil. ... Para ello es necesario
emprender con convicción el camino hacia un economía con bajo
contenido de carbono y hacia un desarrollo humano integral... En
esta perspectiva, los países con más recursos y capacidad deben
predicar con el ejemplo, aportando recursos a los países más
necesitados para promover políticas y programas de desarrollo
sostenible. Pienso, por ejemplo- explicó el Secretario de Estado- en
la promoción de las energías renovables y en la
desmaterialización, así como en el desarrollo de la eficiencia
energética; o en la gestión adecuada de los bosques, el transporte
y los residuos; en el desarrollo de un patrón circular de la
economía; en la implementación de programas adecuados, sostenibles
y diversificados de seguridad alimentaria; en la la lucha contra el
despilfarro de alimentos; en las estrategias para combatir la
especulación y los subsidios ineficaces y a veces injustos; en el
desarrollo y la transferencia de tecnologías apropiadas''.
El
tercer y último pilar es la visión del futuro.'' La COP-21 no es
ni un momento de llegada ni un punto de partida, sino un paso
crucial en un proceso que sin duda no termina en 2015 -subrayó el
cardenal Parolin- Un acuerdo con una perspectiva temporal amplia
debe incluir procesos de revisión compromisos y "seguimiento"
transparente, eficientes y dinámicos, capaces de aumentar
gradualmente el nivel de ambición y garantizar un control adecuado.
Asimismo, se debe considerar seriamente la implementación de modelos
de producción y consumo sostenibles y de nuevas actitudes y estilos
de vida. Aquí se entra en los campos clave de la educación y la
formación, por desgracia, a veces dejados al margen de las
negociaciones sobre los Acuerdos internacionales. Las soluciones
técnicas son necesarias pero no suficientes si no abordamos a fondo
la cuestión de la educación a un estilo de vida sostenible y a una
conciencia responsable''.
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