Ciudad
del Vaticano, 5 de septiembre de 2015 (Vis).-El
Papa Francisco ha encontrado esta mañana en el Aula Pablo VI a más
de 5.000 miembros de las ''Células de evangelización'', procedentes
de todo el mundo, junto al sacerdote Piergiorgio Perini, párroco
de San Eustorgio en Milán (Italia) , que ha dado vida a esa
institución cuyos estatutos fueron reconocidos oficialmente por la
Iglesia Católica el pasado 15 de abril. Gracias a la ayuda de las
''Células'', los párrocos pueden formar a sus parroquias para la
evangelización y continuar la pastoral ordinaria haciéndola también
misionera.
Ese
deseo misionero requiere ante todo, precisó Francisco, ''escuchar la
voz del Espíritu Santo que sigue hablando a su Iglesia y la empuja a
recorrer senderos, a veces todavía poco conocidos, pero decisivos
para el camino de la evangelización. Permanecer siempre abiertos a
esta escucha y prestar atención a que no se agote nunca por el
cansancio o las dificultades del momento es condición para ser
fieles a la Palabra del Señor y, al mismo tiempo es un aldabonazo
para superar los diversos obstáculos que se encuentran en el camino
de la evangelización''.
Las
células con su compromiso diario y en comunión con las otras
realidades eclesiales ayudan a la comunidad parroquial a convertirse
en una familia en la ''que se encuentra la rica y variada unidad de
la Iglesia''. ''Encontrarse en las casas para compartir las alegrías
y las expectativas presentes en el corazón de cada persona es una
experiencia genuina de evangelización que se parece mucho a lo que
sucedía en los primeros tiempos de la Iglesia'', señaló el Papa
recordando que las ''Células'', quieren hacer suyo este estilo de
vida comunitario ''capaz de acoger a todos sin juzgar a ninguno, para
ofrecer la experiencia de la presencia de Dios y del amor de los
hermanos. La evangelización siente con fuerza la exigencia de la
acogida porque es uno de los primeros signos de la comunión que
estamos llamados a testimoniar por haber encontrado a Cristo en
nuestra vida''.
El
Santo Padre exhortó a los miembros del movimiento a hacer de la
Eucaristía el corazón de su misión evangelizadora ''para que cada
Célula sea una comunidad eucarística donde partir el pan equivalga
a reconocer la presencia real de Jesucristo entre nosotros''.
''Vuestros estatutos -dijo al final- se aprobaron el Domingo de la
Divina Misericordia. Sed siempre testigos de la ternura de Dios Padre
y de su cercanía a cada uno, sobre todo a quien es más débil y
está más solo''.
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