Ciudad
del Vaticano, 21 noviembre 2014
(VIS).- El Santo Padre ha enviado un mensaje al cardenal Gianfranco
Ravasi, Presidente del Pontificio Consejo de la Cultura y del Consejo
de Coordinación entre las Academias Pontificias, en ocasión de la
XIX Sesión Pública de las Academias Pontificias, dedicada al tema:
''María icono de la infinita belleza de Dios. La Marialis cultus y
el magisterio mariano del beato Pablo VI'', promovida por la
Pontificia Academia Mariana Internacional.
En
su mensaje, el Papa habla del gran amor que el beato Pablo VI tenía
a la Virgen María y que se encuentra reflejado en muchos momentos de
su pontificado y en numerosos documentos, como sus dos encíclicas,
la Mense Maio y la Christi Matri, dedicadas a la Madre de Dios y al
culto dirigido a Ella también como Mater Ecclesiae, y sus tres
Exhortaciones Apostólicas: Signum Magnum, Recurrens Mensis October y
la Marialis Cultus que celebra el cuarenta aniversario de su
publicación.
''En
la víspera del quincuagésimo aniversario de la clausura del
Concilio Vaticano II, establecido por Pablo VI, no por casualidad, en
la solemnidad de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre de 1965),
es un detalle muy bonito -dice- que deseéis hacer escuchar de nuevo
su voz mediante la grabación de la homilía en la que confió a
María el destino de la Iglesia, profundamente renovada en la
asamblea conciliar. En esa solemne e histórica ocasión, el beato
Pablo VI quiso encomendar a María toda la Iglesia como Madre de
Dios y Madre espiritual nuestra''.
De
la misma manera, Francisco recuerda cómo en los momentos cruciales y
difíciles para la Iglesia y para la humanidad, Pablo VI se dirigía
siempre a María, exhortando al pueblo de Dios a pedir su intercesión
y protección, y cómo invocaba el don de la paz. ''Después del
Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización, en la
Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, -añade- también yo he
confiado el camino de la Iglesia a la materna y premurosa intercesión
de María, recordando a todos los creyentes que "hay un estilo
mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez
que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la
ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no
son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan
maltratar a otros para sentirse importantes''.
Francisco
les pide que no se cansen de aprender de María, ''de admirar y
contemplar su belleza, de dejarse guiar por Ella que nos conduce
siempre a la fuente original y a la auténtica plenitud, infinita
belleza, la de Dios, que se nos revela en Cristo, Hijo del Padre e
Hijo de María''. Antes de concluir, el Pontífice asigna el Premio
de las Academias Pontificias a la Asociación Mariológica
Interdisciplinar Italiana, sobre todo por la publicación, de más de
veinte años, de la revista Theotokos, y la Medalla del Pontificado
al Centro mariano de difusión cultural, de los Servicios de María,
de México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario