Ciudad
del Vaticano, 3 noviembre 2014
(VIS).-''Por un uso pacífico del espacio'', fue el tema de la
intervención del arzobispo Bernardito Aúza, Observador Permanente
de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, durante la sesión del
Comité especial político y sobre la descolonización, que tuvo
lugar el pasado 17 de octubre y cuyo argumento era ''Cooperación
internacional en los usos pacíficos del espacio ultraterrestre''.
''Desde
los albores de su historia, la humanidad siempre ha mirado al
firmamento con asombro, y con el deseo de comprender la realidad
celestial y su significado en relación con la humanidad misma
-observó el nuncio- Teniendo en cuenta las preguntas fundamentales
que siempre ha despertado, la exploración del universo ha
profundizado también la comprensión de la fe y su relación con la
ciencia. La Santa Sede cree que la fe es capaz tanto de expandir
como de enriquecer los horizontes de la razón; por lo tanto, se
alegra de los increíbles progresos de las ciencias ya que ve en
ellos tanto un producto del enorme potencial de la mente humana
creada por Dios, como una manifestación de la amplitud y riqueza
de la creación''.
''Es
nuestra responsabilidad - recalcó- asegurar que los frutos de estos
avances también redunden en beneficio de los pobres. Mi delegación
es plenamente consciente de los límites del acceso universal a los
usos beneficiosos del espacio ultraterrestre, teniendo en cuenta la
enorme inversión en la exploración y las cuestiones relacionadas
con la propiedad intelectual, como el caso de las patentes... Sin
embargo, en una época en que el espacio se ha convertido en un
inmenso bien económico y da cabida a tecnologías de la información
y la comunicación, los Estados deben trabajar juntos para asegurar
que estos beneficios no se conviertan en una causa más del
crecimiento de la desigualdad económica y social, sino que pasen a
ser un recurso compartido para el bien común de toda la comunidad
mundial. Para promover este bien común, es esencial garantizar el
uso pacífico del espacio exterior. De ahí que el debate en curso
sobre el desarrollo de un código internacional de conducta para las
actividades espaciales represente un paso positivo de cara a un
espacio más equitativo y seguro. Indudablemente contribuiría a
prevenir una carrera de armamentos en el espacio y, por lo tanto, a
evitar una nueva y grave amenaza para la paz y la seguridad
internacionales''.
El
arzobispo destacó a continuación la importancia de la la
utilización del espacio ultraterrestre para la comprensión cada vez
más grande de nuestro planeta. ''Los satélites -recordó-
monitorean la salud de los océanos y los bosques, proporcionan
datos sobre los ciclos del agua, los patrones climáticos y otros
fenómenos atmosféricos. Estamos seguros de que este conocimiento
puede convencernos a cambiar estilos de vida y prácticas que son
perjudiciales para nuestro medio ambiente. Si no cooperamos no habrá
ganadores, sólo perdedores''.
''La
Santa Sede -concluyó- quiere evidenciar el uso de satélites en la
difusión de conocimientos y la eliminación del analfabetismo. De
hecho, los satélites pueden llegar no sólo a los lugares donde el
analfabetismo pertenece al pasado, sino también a aquellos en los
que todavía hay muchos que no saben ni leer ni escribir,
especialmente en áreas remotas. Sin embargo, hay que prestar
atención para que la tecnología espacial no se convierta en un
instrumento de dominación y en un vehículo para imponer a otros
determinadas culturas y valores''.
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