Ciudad
del Vaticano, 2 de noviembre 2014 (VIS).-·El Papa Francisco presidió
en el Cementerio romano del Verano, ayer 1 de noviembre, la misa en
la Solemnidad de Todos los Santos en la que participaron numerosos
fieles romanos. Durante la celebración se expusieron para la
veneración de los fieles, las reliquias de Juan XXIII y Juan Pablo
II, los dos papas canonizados recientemente y al final de la
liturgia, el Santo Padre bendijo las tumbas.
Francisco
basándose en la lectura del Apocalipsis habló en su homilía de la
devastación de la creación provocada por la humanidad y de la
multitud de pueblos que sufren tribulaciones cuya única esperanza
está puesta en Dios. Citando la primea lectura en la que el Ángel
ordena a los cuatro ángeles a los que se les ha concedido asolar el
planeta, : ''No devastéis ni la tierra, ni el mar, ni las plantas,
el Papa afirmó: ''Nosotros somos capaces de devastar la Tierra mejor
que los ángeles. Y es lo que estamos haciendo: devastar la
Creación... la vida,...la cultura, devastar los valores, devastar la
esperanza. Y ¡cuánto necesitamos la fuerza del Señor para que nos
selle con su amor y con su fuerza para detener esta loca carrera de
destrucción!. Destrucción de lo que Él nos dio ; de las cosas más
hermosas que hizo por nosotros, para que las hiciéramos crecer, dar
frutos.
El
hombre - prosiguió- se ha adueñado de todo, se cree Dios, se cree
el rey. Y las guerras... continúan, no para sembrar semillas de
vida, sino para destruir. Es la industria de la destrucción. Es
también un sistema de vida: cuando las cosas no se pueden componer,
se descartan: se descartan los niños, los ancianos, los jóvenes sin
trabajo... los pueblos''.
En
la misma lectura San Juan habla de una muchedumbre inmensa,
incontable, de toda nación, tribu, pueblo y lengua. Una multitud que
el Papa asoció a la gente, a los pobres que ''para salvar la vida
deben escapar de sus casas, de sus pueblos.. y que viven en tiendas
de campaña, con frío, sin medicinas y hambrientos porque el
'dios-hombre' se ha apoderado de la Creación, de todo lo hermoso
que Dios hizo para nosotros... Y esto no es una historia antigua:
sucede hoy...Pero parece que esta gente, que estos niños hambrientos
y enfermos no cuentan que son de otra especie, que no son humanos.
Y esta muchedumbre está delante de Dios y pide: “¡Por favor,
salvación! ¡Por favor, paz! ¡Por favor, pan! ¡Por favor,
trabajo...Y entre los perseguidos están los que lo son a causa de
la fe''.
El
Papa comparó a esta multitud con la muchedumbre vestida de blanco
que ha lavado su vestidura en la sangre del Cordero, como narra el
Apocalipsis, y afirmó: ''Hoy... en el día de Todos los Santos,
quisiera que pensáramos en todos estos, los santos desconocidos...
En toda esta gente que viene de la gran tribulación; la mayor parte
del mundo está en tribulación. Y el Señor santifica a este pueblo,
pecador como nosotros, pero lo santifica con la tribulación''.
Y
al final, la tercera imagen, Dios, es decir: la esperanza. ''Esta es
la bendición del Señor que todavía nos queda : la esperanza. La
esperanza de que tenga piedad de su pueblo, de aquellos que están
en la gran tribulación. Que tenga también piedad de los
destructores para que se conviertan...Pero ¿cuál debe ser nuestra
actitud, si queremos entrar en este pueblo y caminar hacia el Padre,
en este mundo de devastación, de guerras, de tribulación? Nuestra
actitud... es la de las Bienaventuranzas. Solamente este camino nos
llevará al encuentro con Dios. Solamente este camino nos salvará de
la destrucción, de la devastación de la tierra, de la creación, de
la moral, de la historia, de la familia, de todo. Solamente este
camino: pero no será fácil. Nos acarreará problemas y
persecuciones. Pero es el único que nos llevará adelante''.
¡Que
el Señor nos ayude y nos de la gracia de esta esperanza, pero
también la gracia de la valentía para salir de todo lo que es
destrucción, devastación, relativismo de vida, exclusión de los
otros, exclusión de los valores, exclusión de todo aquello que el
Señor nos ha dado: exclusión de la paz! -exclamó el Papa al
final-. ¡Que nos libre de todo esto, y nos de la gracia de caminar
con la esperanza de encontrarnos un día cara a cara con Él. Y esta
esperanza, hermanos y hermanas, es la que no defrauda''.
No hay comentarios:
Publicar un comentario