CIUDAD DEL VATICANO, 18 MAY 2004 (VIS).-Juan Pablo II recibió esta mañana al primer ministro de Portugal, José Manuel Durao Barroso, que encabezaba una delegación oficial para la firma del nuevo Concordato entre la Santa Sede y la República portuguesa. También estaban presentes el cardenal José da Cruz Policarpo, patriarca de Lisboa, el nuncio apostólico, arzobispo Alfio Rapisarda y miembros de la conferencia episcopal.
En su discurso, el Papa afirmó que la firma del Concordato "confirma los sentimientos de consideración recíproca que animan las relaciones entre la Santa Sede y Portugal. Mientras expreso mi profundo aprecio por la atención que el Gobierno y la Asamblea de la República portuguesa demuestran en relación con la misión de la Iglesia, que culmina con la firma de hoy, espero que el nuevo Concordato favorezca un entendimiento cada vez mayor entre las autoridades del Estado y los pastores de la Iglesia, en beneficio del bien común de la Nación".
El Concordato, firmado esta mañana por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado de la Santa Sede y el primer ministro portugués, José Manuel Durao Barroso, regula materias de interés común entre la Iglesia y el Estado. Los cambios que han tenido lugar en el período que media entre la firma del antiguo Concordato (7 de mayo de 1940) y el actual "habían hecho inaplicable -se lee en un comunicado- una parte de sus contenidos y sobre todo el Acuerdo Misionero. El nuevo Concordato regula la posición jurídica de la Iglesia católica y de sus instituciones. El Estado garantiza a la Iglesia el ejercicio público y libre de sus actividades, en particular por lo que concierne al culto, al magisterio y al ministerio, además de la jurisdicción en materia eclesiástica; también reconoce la libertad religiosa, sobre todo en los ámbitos de conciencia, culto, reunión, asociación, expresión pública, enseñanza y actividad caritativa".
AC/CONCORDATO PORTUGAL/BARROSO VIS 20040518 (320)
En su discurso, el Papa afirmó que la firma del Concordato "confirma los sentimientos de consideración recíproca que animan las relaciones entre la Santa Sede y Portugal. Mientras expreso mi profundo aprecio por la atención que el Gobierno y la Asamblea de la República portuguesa demuestran en relación con la misión de la Iglesia, que culmina con la firma de hoy, espero que el nuevo Concordato favorezca un entendimiento cada vez mayor entre las autoridades del Estado y los pastores de la Iglesia, en beneficio del bien común de la Nación".
El Concordato, firmado esta mañana por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado de la Santa Sede y el primer ministro portugués, José Manuel Durao Barroso, regula materias de interés común entre la Iglesia y el Estado. Los cambios que han tenido lugar en el período que media entre la firma del antiguo Concordato (7 de mayo de 1940) y el actual "habían hecho inaplicable -se lee en un comunicado- una parte de sus contenidos y sobre todo el Acuerdo Misionero. El nuevo Concordato regula la posición jurídica de la Iglesia católica y de sus instituciones. El Estado garantiza a la Iglesia el ejercicio público y libre de sus actividades, en particular por lo que concierne al culto, al magisterio y al ministerio, además de la jurisdicción en materia eclesiástica; también reconoce la libertad religiosa, sobre todo en los ámbitos de conciencia, culto, reunión, asociación, expresión pública, enseñanza y actividad caritativa".
AC/CONCORDATO PORTUGAL/BARROSO VIS 20040518 (320)
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