Ciudad
del Vaticano, 4 octubre 2014
(VIS).-El Papa ha encontrado esta mañana en al Aula Pablo VI a siete
mil atletas discapacitados que forman parte del Comité Italiano
Paralímpico y en el discurso que les ha dirigido ha recordado que el
deporte promueve contactos y relaciones con personas que proceden de
culturas y ambientes diversos y acostumbra a vivir aceptando las
diferencias y haciendo de ellas una ocasión preciosa de
enriquecimiento y descubrimiento. ''Sobre todo -ha afirmado- el
deporte se convierte en una ocasión inapreciable para reconocernos
como hermanos y hermanas en camino, para favorecer la cultura de la
inclusión y rechazar la cultura del descarte''.
Francisco
ha recalcado que ese hecho es todavía más patente en el caso de
estos atletas ''porque la discapacidad que experimentáis en algún
aspecto de vuestro físico, con la práctica del deporte y una sana
competición, se transforma en un mensaje de aliento para todos los
que viven situaciones parecidas a la vuestra y en una invitación a
dedicar toda vuestra energía para hacer cosas juntos, superando las
barreras que podemos encontrar a nuestro alrededor y, antes que nada,
las que están dentro de nosotros''.
''Vuestro
testimonio, queridos atletas es un gran signo de esperanza. Es una
prueba del hecho de que en cada persona hay potencialidades que a
veces no imaginamos y que pueden desarrollarse con la confianza y la
solidaridad. Dios Padre es el primero que lo sabe. El nos conoce
mejor que ningún otro y nos mira con confianza, nos ama tal y como
somos y nos hace crecer según en lo que podemos convertirnos. Así,
en vuestros esfuerzos por un mundo sin barreras no estáis nunca
solos. ¡Dios nuestro Padre, está con vosotros!''.
''Por
lo tanto -ha concluido- que el deporte sea para todos vosotros un
lugar en el que entrenaros diariamente en el respeto de vosotros
mismos y de los demás; un gimnasio que os brinde la ocasión de
conocer personas y ambientes nuevos y os ayude a sentiros parte
activa de la sociedad''.
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