Ciudad
del Vaticano, 1 diciembre 2013 (VIS).- En el primer domingo de
Adviento, el Santo Padre se asomó a la ventana del estudio del
Palacio Apostólico Vaticano para rezar el Ángelus con los fieles
reunidos en la Plaza de San Pedro.“Este día tiene un encanto
especial -dijo- nos hace sentir profundamente el sentido de la
historia. Volvemos a descubrir la belleza de estar todos en camino:
la Iglesia, con su vocación y su misión, y toda la humanidad, los
pueblos, civilizaciones, culturas, todos en un viaje a través de los
caminos del tiempo”.
Francisco
recordó que este camino no finaliza nunca. “Al igual que en la
vida de cada uno de nosotros siempre hay necesidad de partir, de
levantarse, de recuperar el sentido de la meta de la propia
existencia, así para la familia humana es siempre necesario renovar
el horizonte común hacia el que nos encaminamos”. Y de esta
manera, destacó que el mejor modelo a seguir para caminar por la
vida es la Virgen María en el momento del Magnificat, “el canto
del pueblo de Dios en camino”. “Dejémonos guiar por Ella en este
tiempo de espera y activa vigilancia”.
Al
finalizar el Ángelus, Francisco saludó a los peregrinos presentes y
recordó que se celebraba el Día Mundial contra el SIDA. “Expresemos
nuestra cercanía a las personas afectadas, especialmente los niños;
una cercanía concreta, por el trabajo silencioso de muchos
misioneros y voluntarios. Oremos por todos -pidió- tambiénpor los
médicos e investigadores. Para que cada persona enferma, sin
excepción, tenga acceso al tratamiento necesario”.
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