Ciudad
del Vaticano, 12 octubre 2013
(VIS).-El Papa Francisco ha recibido esta mañana en audiencia a los
participantes en el seminario de estudios “Dios confía el ser
humano a la mujer”, promovido por el Pontificio Consejo para los
Laicos, con motivo del 25 aniversario de la publicación de la carta
apostólica del beato Juan Pablo II “Mulieris dignitatem”(15
agosto 1988). En el seminario han participado expertos y
representantes de movimientos eclesiales, procedentes de 25 países y
de diversos ámbitos profesionales.
La
“'Mulieres dignitatem', ha recordado el Papa, “es un documento
histórico, el primero del Magisterio pontificio dedicado enteramente
al tema de la mujer” y, hablando de la frase elegida como tema del
seminario, ha observado que en su opinión, para Juan Pablo II la
clave del confiar especialmente el ser humano a la mujer era la
maternidad.
“Muchas
cosas pueden cambiar y han cambiado en la evolución cultural y
social - ha dicho- pero es siempre la mujer la que concibe, lleva en
su seno y da a luz a los hijos de los hombres. Y esto no es
sencillamente un hecho biológico, sino que comporta una riqueza de
implicaciones, sea para la mujer, en su forma de ser, que para sus
relaciones, en su forma de considerar la vida humana y la vida en
general. Llamando a la mujer a la maternidad, Dios le ha confiado de
forma especial al ser humano”.
“Sin
embargo, hay dos peligros, siempre presentes, dos extremos opuestos,
que mortifican a la mujer y a su vocación. El primero es reducir la
maternidad a un papel social, a una tarea, que, aunque noble, de
hecho arrincona la mujer y sus potenciales; no la valoriza
plenamente en la construcción de la humanidad. Sucede en el ámbito
civil y en el eclesial. Y como reacción, hay otro peligro opuesto;
el de promover un tipo de emancipación que, para ocupar los espacios
sustraídos por lo masculino, abandona lo femenino con los rasgos
preciosos que lo caracterizan. Quiero subrayar, en este sentido, la
sensibilidad particular de la mujer por 'las cosas de Dios', sobre
todo cuando se trata de ayudarnos a entender la misericordia, la
ternura y el amor que Dios tiene por nosotros”.
“La
'Mulieres dignitatem' - ha concluido Francisco- se sitúa en este
contexto y ofrece una reflexión profunda, orgánica, con una sólida
base antropológica iluminada por la Revelación. De aquí tenemos
que partir en la tarea de profundización y promoción de la que he
hablado varias veces.También en la Iglesia es importante
preguntarse:¿Cual es la presencia de la mujer? ¿Se puede valorizar
más?. Es un tema que me importa mucho y por eso he querido
encontraros y bendecir vuestros trabajos. Gracias, sigamos juntos con
él y que María Santísima, gran mujer, madre de Jesús y de todos
los hijos de Dios nos acompañe”.
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