CIUDAD DEL VATICANO, 27 JUN 2009 (VIS).-El Santo Padre recibió esta mañana a los prelados de la Conferencia Episcopal de Vietnam que acaban de realizar su visita "ad limina".
El Papa recordó al inicio la figura del cardenal Paul Joseph Pham Dinh Tung, fallecido en febrero de este año, que fue arzobispo de Ha Noi durante muchos años. Asimismo pidió que "el ejemplo de santidad, de humildad, de sencillez de vida de los grandes pastores del país les estimulen en el ministerio episcopal al servicio del pueblo vietnamita, al que manifiesto mi profunda estima".
Refiriéndose al Año Sacerdotal, Benedicto XVI subrayó que "el presbítero, para ser un guía auténtico y conforme al corazón de Dios y a la enseñanza de la Iglesia, debe profundizar en su vida interior y tender a la santidad como el humilde Cura de Ars".
"En la Carta pastoral del año pasado, -continuó dirigiéndose a los obispos-, dedicasteis una atención particular a los fieles laicos, haciendo hincapié en el papel de su vocación en el ámbito familiar". En este contexto, el Papa dijo que los "laicos católicos deben mostrar con su vida basada en la caridad, la honradez, el amor por el bien común, que un buen católico también es un buen ciudadano. Para ello, prestad especial atención a su buena formación, promoviendo su vida de fe y su nivel cultural para que puedan servir eficazmente a la Iglesia y a la sociedad".
El Santo Padre manifestó el deseo de que "se desarrolle una pastoral apropiada para los jóvenes emigrantes internos, comenzando por reforzar, allí también, la colaboración entre las diócesis de origen y las de acogida, dándoles consejos éticos y directivas prácticas".
Tras recordar que en 2010 se conmemora el cincuenta aniversario de la erección de la jerarquía episcopal vietnamita, el pontífice señaló que "en esta ocasión, el pueblo de Dios está invitado a dar gracias por el don de la fe en Jesucristo. Este don ha sido acogido generosamente, vivido y testimoniado por muchos mártires, que quisieron proclamar la verdad y la universalidad de la fe en Dios".
Benedicto XVI afirmó que "es necesaria una colaboración más estrecha entre las diferentes diócesis, entre las diócesis y las congregaciones religiosas, así como entre estas últimas".
"Es posible -añadió- una sana colaboración entre la Iglesia y la comunidad política. (…) La Iglesia no pretende sustituir a los responsables del gobierno, sino que únicamente desea, mediante un espíritu de diálogo y de colaboración respetuosa, participar en la vida de la nación, al servicio de todo el pueblo".
El Papa concluyó subrayando que las religiones "no constituyen un peligro para la unidad de la nación, porque tienen como fin ayudar al individuo a santificarse y, a través de sus instituciones, desean ponerse con generosidad y de manera desinteresada al servicio del prójimo".
AL/…/VIETNAM VIS 20090630 (480)
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