CIUDAD DEL VATICANO, 9 MAY 2009 (VIS).-A las 9,45, Benedicto XVI se trasladó a Madaba, a 19 km. del Monte Nebo. El lugar es famoso por el hallazgo en 1896 del "Mapa de Madaba", el suelo de mosaico de una antigua iglesia bizantina del siglo VI con el mapa de Tierra Santa, el itinerario para llegar a Jerusalén a través de ciento cincuenta localidades y la minuciosa descripción de esa ciudad.
El Papa recorrió en papamóvil el barrio cristiano de Madaba hasta llegar a la zona donde surgirá la Universidad del Patriarcado Latino, por expreso deseo del Patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Fouad Twal, natural de Madaba. Una vez allí el Santo Padre bendijo la primera piedra del futuro ateneo y dirigió unas palabras a los presentes, elogiando a los promotores de la nueva institución por "su decidida confianza en la buena educación como primer paso para el desarrollo personal y la paz y el progreso de la región".
"Los jóvenes de Jordania y los demás estudiantes de la región, al mismo tiempo que asimilan su herencia cultural -afirmó- serán llevados a un conocimiento más profundo de las conquistas de la humanidad, enriquecidos con otros puntos de vista y formados en la comprensión, la tolerancia y la paz".
"Este tipo de educación "más amplia" -subrayó el Papa- es lo que se puede esperar de las instituciones de educación superior y de su contexto cultural, sea éste secular o religioso. En realidad, la fe en Dios no suprime la búsqueda de la verdad: al contrario, la incentiva".
"Obviamente la religión, como la ciencia y la tecnología, como la filosofía y cualquier manifestación de nuestra búsqueda de la verdad, pueden corromperse. La religión se desfigura cuando es obligada a ponerse al servicio de la ignorancia y el prejuicio, el desprecio, la violencia y el abuso. En ese caso no advertimos solo la perversión de la religión, sino también la corrupción de la libertad humana, la limitación y la obnubilación de la mente".
Sin embargo, señaló el pontífice, "toda persona está llamada a la sabiduría y a la integridad, a la elección básica y primordial entre el bien y el mal, entre la verdad y la falsedad y debe ser sostenida en esa tarea".
"La llamada a la integridad moral es percibida por la persona auténticamente religiosa ya que no se puede servir de otra forma al Dios de la verdad, del amor y de la belleza. La fe madura en Dios es una gran ayuda para acceder al conocimiento y utilizarlo apropiadamente. La ciencia y la tecnología aportan extraordinarios beneficios a la sociedad y han mejorado mucho la calidad de vida de muchos seres humanos. (...) Al mismo tiempo, la ciencia tiene sus límites. No puede responder a todas las preguntas que conciernen al ser humano y su existencia".
"El empleo de los conocimientos científicos tiene necesidad de la luz orientadora de la sabiduría ética. Esa sabiduría -recordó el Papa- inspiró el juramento de Hipócrates, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, la Convención de Ginebra y otros loables códigos internacionales de comportamiento".
Benedicto XVI concluyó dirigiéndose a los jóvenes estudiantes cristianos. "Estáis llamados -recalcó- a ser constructores de una sociedad justa y pacífica compuesta por gentes de diversa procedencia religiosa y étnica. Esas realidades, lo subrayo una vez más, no deben desembocar en la división sino en el enriquecimiento recíproco".
PV-JORDANIA/UNIVERSIDAD/MADABA VIS 20090509 (570)
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