CIUDAD DEL VATICANO, 17 NOV 2008 (VIS).-El Santo Padre recibió esta mañana las cartas credenciales del nuevo embajador de Líbano, Georges Chakib El Khoury, y manifestó el deseo de que el pueblo libanés "prosiga con valentía en su esfuerzo por construir una sociedad unida y solidaria".
"La historia milenaria del país, así como el lugar que ocupa dentro de un contexto regional complejo, le otorgan la misión fundamental de contribuir a la paz y a la concordia entre todos".
Tras poner de relieve que "por su experiencia de vida y de colaboración intercomunitaria e intercultural, el Líbano es un "tesoro" confiado a todos los libaneses", el Papa expresó el deseo de que la "comunidad internacional lo proteja y valore y que, mediante su compromiso efectivo, contribuya a evitar que este país sea una tierra de enfrentamiento de conflictos regionales o internacionales. Así, el Líbano debería ser como un laboratorio para la búsqueda de soluciones eficaces a los conflictos que agitan la región de Oriente Medio desde hace mucho tiempo".
"La elección del presidente de la República, la formación de un gobierno de unidad nacional y la aprobación de una nueva ley electoral -dijo- favorecen la unidad nacional y contribuirán a una auténtica coexistencia entre los diferentes componentes de la nación. (…) Espero que, dejando a un lado los intereses particulares y recomponiendo las fracturas del pasado, todos se comprometan efectivamente en el camino del diálogo y de la reconciliación para que el país progrese en la estabilidad".
"Desgraciadamente, las tensiones aún presentes demuestran que es necesario proseguir decididamente en el camino abierto hace algunos meses con los acuerdos de Doha, para construir juntos las instituciones libanesas" y "la actitud fundamental que debe guiar a todos en este compromiso en favor del bien común tiene que ser inalterable: cada uno de los componentes del pueblo libanés debe sentirse en el Líbano como en su propia casa y saber que sus preocupaciones y expectativas legítimas se tienen realmente en cuenta, en el respeto recíproco de los derechos de los demás".
"Para ello -subrayó el Papa-, es necesario promover y desarrollar una verdadera educación a la paz, la reconciliación y el diálogo, dirigida sobre todo a las jóvenes generaciones. (....) La paz duradera, que es una aspiración profunda de todos los libaneses, es posible si todos consideran fundamental la voluntad de vivir juntos en la misma tierra y consideran la justicia, la reconciliación y el diálogo el marco propicio para resolver los problemas de las personas y de los grupos".
En este sentido, Benedicto XVI hizo hincapié en que la construcción de una sociedad "que asegure a todos sus miembros una existencia digna y libre" exige "la cooperación cada vez más profunda entre todos los componentes de la nación, basada en las relaciones de confianza entre las personas y las comunidades".
"La Santa Sede -dijo- sigue siempre con gran atención cuanto acontece en el Líbano y presta una atención particular a los esfuerzos desplegados para conseguir un ajuste definitivo de las cuestiones que afronta el país. Especialmente sensible a los sufrimientos que padecen desde hace tanto tiempo las poblaciones de Oriente Medio, la Santa Sede prosigue con determinación su compromiso en favor de la paz y la reconciliación en Líbano y en toda la región tan querida por todos los creyentes".
Por último, el Santo Padre, recordando la reciente beatificación del padre Jacques Haddad Abouna Yaacoub, "apóstol de la misericordia", saludó a toda la comunidad católica del Líbano, invitando a sus miembros a ser "artífices de unidad y fraternidad".
CD/CREDENCIALES/LIBANO:EL KHOURY VIS 20081117 (600)
"La historia milenaria del país, así como el lugar que ocupa dentro de un contexto regional complejo, le otorgan la misión fundamental de contribuir a la paz y a la concordia entre todos".
Tras poner de relieve que "por su experiencia de vida y de colaboración intercomunitaria e intercultural, el Líbano es un "tesoro" confiado a todos los libaneses", el Papa expresó el deseo de que la "comunidad internacional lo proteja y valore y que, mediante su compromiso efectivo, contribuya a evitar que este país sea una tierra de enfrentamiento de conflictos regionales o internacionales. Así, el Líbano debería ser como un laboratorio para la búsqueda de soluciones eficaces a los conflictos que agitan la región de Oriente Medio desde hace mucho tiempo".
"La elección del presidente de la República, la formación de un gobierno de unidad nacional y la aprobación de una nueva ley electoral -dijo- favorecen la unidad nacional y contribuirán a una auténtica coexistencia entre los diferentes componentes de la nación. (…) Espero que, dejando a un lado los intereses particulares y recomponiendo las fracturas del pasado, todos se comprometan efectivamente en el camino del diálogo y de la reconciliación para que el país progrese en la estabilidad".
"Desgraciadamente, las tensiones aún presentes demuestran que es necesario proseguir decididamente en el camino abierto hace algunos meses con los acuerdos de Doha, para construir juntos las instituciones libanesas" y "la actitud fundamental que debe guiar a todos en este compromiso en favor del bien común tiene que ser inalterable: cada uno de los componentes del pueblo libanés debe sentirse en el Líbano como en su propia casa y saber que sus preocupaciones y expectativas legítimas se tienen realmente en cuenta, en el respeto recíproco de los derechos de los demás".
"Para ello -subrayó el Papa-, es necesario promover y desarrollar una verdadera educación a la paz, la reconciliación y el diálogo, dirigida sobre todo a las jóvenes generaciones. (....) La paz duradera, que es una aspiración profunda de todos los libaneses, es posible si todos consideran fundamental la voluntad de vivir juntos en la misma tierra y consideran la justicia, la reconciliación y el diálogo el marco propicio para resolver los problemas de las personas y de los grupos".
En este sentido, Benedicto XVI hizo hincapié en que la construcción de una sociedad "que asegure a todos sus miembros una existencia digna y libre" exige "la cooperación cada vez más profunda entre todos los componentes de la nación, basada en las relaciones de confianza entre las personas y las comunidades".
"La Santa Sede -dijo- sigue siempre con gran atención cuanto acontece en el Líbano y presta una atención particular a los esfuerzos desplegados para conseguir un ajuste definitivo de las cuestiones que afronta el país. Especialmente sensible a los sufrimientos que padecen desde hace tanto tiempo las poblaciones de Oriente Medio, la Santa Sede prosigue con determinación su compromiso en favor de la paz y la reconciliación en Líbano y en toda la región tan querida por todos los creyentes".
Por último, el Santo Padre, recordando la reciente beatificación del padre Jacques Haddad Abouna Yaacoub, "apóstol de la misericordia", saludó a toda la comunidad católica del Líbano, invitando a sus miembros a ser "artífices de unidad y fraternidad".
CD/CREDENCIALES/LIBANO:EL KHOURY VIS 20081117 (600)
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