CIUDAD DEL VATICANO, 19 JUN 2008 (VIS).-El Santo Padre recibió a los participantes en la reunión de la ROACO (Reunión de las Obras para la Ayuda a las Iglesias Orientales) a quienes recordó que "la vida ordinaria y la misión peculiar" de esas Iglesias, "sobre todo en ámbito ecuménico e interreligioso, debe ser sostenido por toda la Iglesia Católica".
El Papa habló del interés de ROACO por las comunidades religiosas en Armenia y Georgia, "que fueron entre las primeras en recibir la luz de Cristo" y afirmó que "viviendo humilde y fraternalmente con otras Iglesias cristianas y sirviendo generosamente a los pobres, esas comunidades católicas, aunque sean pequeñas, pueden expresar de forma muy práctica la comunión de amor que es propia de la Iglesia Católica Universal".
A continuación, Benedicto XVI subrayó que piensa siempre en la difícil situación de los cristianos en Irak y recordó la figura del arzobispo Paulos Faraj Rahho, de Mosul de los Caldeos, fallecido en trágicas circunstancias tras su secuestro el 29 de febrero de este año.
Refiriéndose después al Líbano, el Papa manifestó su "gratitud y alivio" porque ese país parece "haber encontrado el camino del diálogo y la comprensión" y renovó sus votos para que "Líbano responda con decisión a su vocación de ser, para Oriente Medio y para todo el mundo, una señal de la posibilidad efectiva de una coexistencia pacífica y constructiva entre los seres humanos". Recordando al padre Jacques Ghazir Haddad, que será beatificado el próximo domingo en Beirut, Benedicto XVI pidió que su testimonio "llegue al corazón de los jóvenes libaneses para que aprendan la dulzura de una vida evangélica al servicio de los pobres y los más débiles y sean testigos fieles de la fe católica en el mundo árabe".
Por último, el Santo Padre habló de la reciente visita del cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, y de algunos colaboradores de la Curia a las comunidades latinas y orientales de Tierra Santa, cuya causa "es vital para toda la Iglesia. Comparto sus pruebas y sus esperanzas y espero fervientemente visitarlas personalmente, al igual que rezo para que algunos signos de paz, que recibo con inmensa confianza, se concreten con prontitud".
"Lanzo un llamamiento -agregó- a los responsables de las Naciones para que se ofrezca a Oriente Medio y en especial a Tierra Santa, a Líbano e Irak, la paz tan deseada y la estabilidad social en respeto de los derechos fundamentales de la persona, incluida una libertad religiosa concreta. La paz es, por otra parte, el único camino para hacer también frente al grave problema de los prófugos y refugiados y para frenar la emigración, sobre todo cristiana, que es una herida grave para las Iglesias Orientales. Confío estos deseos al beato Juan XXIII, amigo sincero de Oriente y Papa de la "Pacem in Terris".
AC/.../ROACO VIS 20080619 (480)
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