CIUDAD DEL VATICANO, 16 JUN 2008 (VIS).-Benedicto XVI recibió esta mañana las cartas credenciales de Antoine Zanga, nuevo embajador de Camerún ante la Santa Sede.
El Papa saludó a través del embajador a las autoridades civiles y religiosas del Camerún e invitó a todos los católicos en ese país a "ser siempre parte activa en la "res publica", (...) irradiando los valores humanos y cristianos fundamentales para la vida de la sociedad, para el desarrollo de la nación y para el bienestar de todos".
"Su país, como tantos otros en el continente africano -prosiguió el Santo Padre-, sufre particularmente por la coyuntura económica actual que afecta a tantas familias que carecen del mínimo indispensable para hacer frente a sus necesidades más elementales y que no ayuda al crecimiento nacional. Pero hay elementos internos que podrían favorecerlo. Toda nación debe buscar su estabilidad económica y social procurando servirse siempre de sus propios medios y respetando sus instituciones; se deben favorecer los microproyectos que dan trabajo localmente, luchando al mismo tiempo contra los tráficos ilícitos y los fenómenos de corrupción. Invito por tanto a todos los camerunenses a ser cada vez más conscientes del bien común".
"También es deseable que la comunidad internacional, con ayudas apropiadas y concretas y mediante una política económica a escala mundial, contribuya a romper el círculo vicioso del subdesarrollo y la miseria; es necesario, además, tener en cuenta los fenómenos con incidencia nefasta sobre la población, como los cataclismos, el calentamiento atmosférico, las epidemias, las guerras y el terrorismo".
El Santo Padre manifestó a continuación el deseo de que las instituciones internacionales con las que trabajan las autoridades del Camerún "para aligerar o anular la deuda externa y de cara a un reparto más equitativo de la riqueza" favorezcan en ese país "un nuevo empuje económico y social por el bien de todos sus habitantes y para dar a la juventud esperanza en un futuro mejor".
Refiriéndose al aumento de refugiados procedentes de países vecinos, el Papa invitó a "las naciones de esa región a responder cada vez más a las exigencias de paz y seguridad para contrarrestar la violencia de la que son víctimas tanto la población inocente como la Iglesia". Benedicto XVI recordó las muertes trágicas de monseñor Yves Plumey, del jesuita Engelbert Mveng y la del claretiano Anton Probst y recalcó que "uno de los deberes fundamentales de los responsables políticos es ofrecer a sus ciudadanos una situación social pacífica, (...) empeñándose en acabar con las tensiones que generan regularmente conflictos para que prevalezca el diálogo y el respeto de la diversidad cultural legítima entre los grupos sociales y étnicos a fin de construir y unificar la nación".
Benedicto XVI lanzó un llamamiento a "todos los implicados en la venta o el tráfico de armas, con intereses a menudo de lucro, para que reflexionen sobre las consecuencias de su comportamiento" y auspició que la comunidad internacional intervenga junto con las autoridades locales en este ámbito.
Por último, el Papa recordó la labor de la Iglesia en el sector sanitario y escolar de Camerún, muy apreciada por la población, y afirmó que "las comunidades eclesiásticas locales, los misioneros y las instituciones caritativas católicas (...) buscan ante todo el bien y el crecimiento de las personas".
CD/CREDENCIALES/CAMERUN:ZANGA VIS 20080616 (550)
El Papa saludó a través del embajador a las autoridades civiles y religiosas del Camerún e invitó a todos los católicos en ese país a "ser siempre parte activa en la "res publica", (...) irradiando los valores humanos y cristianos fundamentales para la vida de la sociedad, para el desarrollo de la nación y para el bienestar de todos".
"Su país, como tantos otros en el continente africano -prosiguió el Santo Padre-, sufre particularmente por la coyuntura económica actual que afecta a tantas familias que carecen del mínimo indispensable para hacer frente a sus necesidades más elementales y que no ayuda al crecimiento nacional. Pero hay elementos internos que podrían favorecerlo. Toda nación debe buscar su estabilidad económica y social procurando servirse siempre de sus propios medios y respetando sus instituciones; se deben favorecer los microproyectos que dan trabajo localmente, luchando al mismo tiempo contra los tráficos ilícitos y los fenómenos de corrupción. Invito por tanto a todos los camerunenses a ser cada vez más conscientes del bien común".
"También es deseable que la comunidad internacional, con ayudas apropiadas y concretas y mediante una política económica a escala mundial, contribuya a romper el círculo vicioso del subdesarrollo y la miseria; es necesario, además, tener en cuenta los fenómenos con incidencia nefasta sobre la población, como los cataclismos, el calentamiento atmosférico, las epidemias, las guerras y el terrorismo".
El Santo Padre manifestó a continuación el deseo de que las instituciones internacionales con las que trabajan las autoridades del Camerún "para aligerar o anular la deuda externa y de cara a un reparto más equitativo de la riqueza" favorezcan en ese país "un nuevo empuje económico y social por el bien de todos sus habitantes y para dar a la juventud esperanza en un futuro mejor".
Refiriéndose al aumento de refugiados procedentes de países vecinos, el Papa invitó a "las naciones de esa región a responder cada vez más a las exigencias de paz y seguridad para contrarrestar la violencia de la que son víctimas tanto la población inocente como la Iglesia". Benedicto XVI recordó las muertes trágicas de monseñor Yves Plumey, del jesuita Engelbert Mveng y la del claretiano Anton Probst y recalcó que "uno de los deberes fundamentales de los responsables políticos es ofrecer a sus ciudadanos una situación social pacífica, (...) empeñándose en acabar con las tensiones que generan regularmente conflictos para que prevalezca el diálogo y el respeto de la diversidad cultural legítima entre los grupos sociales y étnicos a fin de construir y unificar la nación".
Benedicto XVI lanzó un llamamiento a "todos los implicados en la venta o el tráfico de armas, con intereses a menudo de lucro, para que reflexionen sobre las consecuencias de su comportamiento" y auspició que la comunidad internacional intervenga junto con las autoridades locales en este ámbito.
Por último, el Papa recordó la labor de la Iglesia en el sector sanitario y escolar de Camerún, muy apreciada por la población, y afirmó que "las comunidades eclesiásticas locales, los misioneros y las instituciones caritativas católicas (...) buscan ante todo el bien y el crecimiento de las personas".
CD/CREDENCIALES/CAMERUN:ZANGA VIS 20080616 (550)
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