CIUDAD DEL VATICANO, 11 MAY 2008 (VIS).-Finalizada la Santa Misa por la solemnidad de Pentecostés en la basílica vaticana, Benedicto XVI se asomó a mediodía a la ventana de su estudio para rezar el Regina Coeli con los miles de peregrinos allí reunidos.
"Pentecostés es de forma especial -dijo el Santo Padre- el bautismo de la Iglesia que emprende su misión universal comenzando por las calles de Jerusalén, con la predicación prodigiosa en las diversas lenguas de la humanidad. En este bautismo del Espíritu Santo son inseparables la dimensión personal y la comunitaria, el "yo" del discípulo y el "nosotros" de la Iglesia".
"El Espíritu consagra a la persona y la hace al mismo tiempo miembro vivo del Cuerpo místico de Cristo, partícipe de su misión y de su amor. Y esto se lleva a cabo mediante los sacramentos de la iniciación cristiana: el Bautismo y la Confirmación", explicó el Papa, y terminó sus palabras invitando a todos a "redescubrir la belleza de ser bautizados en el Espíritu Santo" y a retomar "conciencia de nuestro Bautismo y de nuestra Confirmación, que son fuentes de gracia siempre actual".
ANG/PENTECOSTES/... VIS 20080512 (200)
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