HAITI: PROMOVER EL CAMBIO Y LA RECONCILIACION

CIUDAD DEL VATICANO, 13 MAR 2008 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy en el Vaticano a los obispos de la Conferencia Episcopal de Haití al final de su visita "ad limina", durante la cual han compartido con la Curia Romana, dijo el Papa, "los motivos de alegría y esperanza, así como las inquietudes que vive el pueblo de Dios confiado a vuestros cuidados pastorales".

  El Santo Padre habló después del viaje a Haití de Juan Pablo II hace veinticinco años, con motivo del Congreso eucarístico nacional titulado "Hace falta que algo cambie aquí", y se preguntó: "¿Han cambiado las cosas?", recordando que el país ha vivido "momentos  dolorosos  que la Iglesia sigue con atención: divisiones, injusticias, miseria, desempleo, elementos que son fuente de inquietud profunda para el pueblo".

  "Pido al Señor -exclamó el Papa- que dé a todos los haitianos, sobre todo a quienes  tienen una responsabilidad social, el coraje de promover el cambio y la reconciliación, para que todos los habitantes del país tengan condiciones dignas de vida y se beneficien de los bienes de la tierra, con una solidaridad siempre más grande".

  "No puedo olvidar a los que se ven obligados a ir al país vecino para satisfacer sus  necesidades", agregó Benedicto XVI, y pidió a la comunidad internacional que "prosiga e intensifique su ayuda al pueblo haitiano, para que pueda cada vez más tomar las riendas de su futuro y su desarrollo".

  Refiriéndose a las preocupaciones de los obispos, el Papa mencionó la "situación inestable de la estructura familiar debido a la crisis que atraviesa el país, pero también a  la evolución de las costumbres y a  la pérdida progresiva del sentido del matrimonio y de la familia, cuando se ponen sobre el mismo plano otras formas de unión".

  Ya que "la sociedad y la Iglesia se desarrollan en gran parte partiendo de la familia", observó Benedicto XVI, la atención de los prelados a este aspecto de la vida pastoral es "fundamental porque se trata del lugar primordial para la educación de los jóvenes". "Os animo pues -añadió- a sostener a los esposos y a los jóvenes hogares mediante una formación adecuada, enseñándoles también el respeto por la vida".

  A continuación el Santo Padre habló de los sacerdotes, y exhortó a los obispos a "ocuparse de su formación permanente y a mantener con ellos relaciones fraternales", para "ayudarles a ejercer un ministerio fecundo, invitándolos también a abstenerse de compromisos políticos" y a "fundar su apostolado sobre su relación con  Cristo y sobre el misterio eucarístico, que nos recuerda que Él se entregó por la salvación del mundo".

  En el ámbito de la preparación de los seminaristas, Benedicto XVI invitó a los prelados a "individuar con los episcopados de otros países la disponibilidad de formadores experimentados, de vida  sacerdotal ejemplar,  que acompañen a lo largo de  las diferentes etapas de su formación (...) a los futuros sacerdotes necesarios para las diócesis de su país. De ello depende el futuro de la Iglesia en Haití. ¡Que las iglesias locales escuchen este llamamiento y acepten ofreceros sacerdotes que os ayuden en la formación de los seminaristas!".

  "Las escuelas católicas, a pesar de sus escasos medios -señaló el Papa-, desempeñan un papel importante en Haití y son apreciadas por las autoridades y la población. (...) A través de la enseñanza, madura la personalidad, al igual que por el reconocimiento de los valores esenciales y la práctica de las virtudes. También así se transmite una concepción del ser humano y de la sociedad".

  Por último, el Santo Padre elogió la labor de los religiosos, religiosas y voluntarios que trabajan "con los más pobres y los desheredados de la sociedad, mostrando que, al luchar contra la pobreza, se lucha también contra  los numerosos problemas sociales que dependen de ella".
AL/.../HAITI                               VIS 20080313 (630)