CIUDAD DEL VATICANO, 9 DIC 2007 (VIS).-Benedicto XVI recordó en el Ángelus de hoy, segundo domingo de Adviento, al precursor de Cristo, San Juan Bautista, que predicando en el desierto "con palabras exigentes (...) ponía en guardia ante todo de la hipocresía de aquellos que se sentían seguros sólo por pertenecer al pueblo elegido", y decía: "Ante Dios, nadie tiene títulos de los que vanagloriarse, y a Él hay que llevarle los "frutos dignos de conversión".
"Mientras prosigue el camino del Adviento y nos preparamos a celebrar la natividad de Cristo -dijo el Papa ante los miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro- resuena en nuestras comunidades la invitación del Bautista a la conversión. Es una invitación acuciante a abrir el corazón y acoger al Hijo de Dios que viene entre nosotros para poner de manifiesto el juicio divino. El Padre -escribe San Juan Evangelista- no juzga a nadie, pero ha confiado al Hijo el poder de juzgar porque es Hijo del hombre".
"Es hoy, en el presente, que se juega nuestro destino futuro -subrayó el Santo Padre-: con el comportamiento concreto en esta vida decidimos nuestra suerte eterna. Al final de nuestros días en la tierra (...) seremos valorados teniendo en cuenta si nos asemejamos o no al Niño que está a punto de nacer en la gruta de Belén, porque Él es el criterio de medida que Dios ha dado a la humanidad".
"Mediante el Evangelio, Juan Bautista sigue hablando a través de los siglos a todas las generaciones -explicó Benedicto XVI-. Sus palabras, claras y duras, son muy saludables para nosotros, hombres y mujeres de nuestra época, donde la forma de percibir y vivir la Navidad adolece a menudo de una mentalidad materialista. La voz del gran profeta nos pide que preparemos los caminos al Señor que viene, en los desiertos de hoy, desiertos interiores y exteriores, sedientos del agua viva que es Cristo".
Después de rezar el Ángelus, el Papa habló de su próximo encuentro con los universitarios romanos, que tendrá lugar el jueves 13 de diciembre. "Espero vuestra presencia numerosa -dijo dirigiéndose a los jóvenes- para prepararnos a la Santa Navidad invocando el don del Espíritu de sabiduría para toda la comunidad universitaria".
ANG/JUAN BAUTISTA:NAVIDAD/... VIS 20071210 (380)
"Mientras prosigue el camino del Adviento y nos preparamos a celebrar la natividad de Cristo -dijo el Papa ante los miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro- resuena en nuestras comunidades la invitación del Bautista a la conversión. Es una invitación acuciante a abrir el corazón y acoger al Hijo de Dios que viene entre nosotros para poner de manifiesto el juicio divino. El Padre -escribe San Juan Evangelista- no juzga a nadie, pero ha confiado al Hijo el poder de juzgar porque es Hijo del hombre".
"Es hoy, en el presente, que se juega nuestro destino futuro -subrayó el Santo Padre-: con el comportamiento concreto en esta vida decidimos nuestra suerte eterna. Al final de nuestros días en la tierra (...) seremos valorados teniendo en cuenta si nos asemejamos o no al Niño que está a punto de nacer en la gruta de Belén, porque Él es el criterio de medida que Dios ha dado a la humanidad".
"Mediante el Evangelio, Juan Bautista sigue hablando a través de los siglos a todas las generaciones -explicó Benedicto XVI-. Sus palabras, claras y duras, son muy saludables para nosotros, hombres y mujeres de nuestra época, donde la forma de percibir y vivir la Navidad adolece a menudo de una mentalidad materialista. La voz del gran profeta nos pide que preparemos los caminos al Señor que viene, en los desiertos de hoy, desiertos interiores y exteriores, sedientos del agua viva que es Cristo".
Después de rezar el Ángelus, el Papa habló de su próximo encuentro con los universitarios romanos, que tendrá lugar el jueves 13 de diciembre. "Espero vuestra presencia numerosa -dijo dirigiéndose a los jóvenes- para prepararnos a la Santa Navidad invocando el don del Espíritu de sabiduría para toda la comunidad universitaria".
ANG/JUAN BAUTISTA:NAVIDAD/... VIS 20071210 (380)
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